Feminicidios, con armas de fuego y en vías públicas
La mayoría de los asesinatos de mujeres este año ha ocurrido bajo esas dos circunstancias, según informe de la Organización Háblame de Respeto.
No se puede vivir con miedo. Ese es el nombre del informe dado a conocer ayer en la mañana por la Organización Háblame de Respeto, en el que se señala que solo durante este año no menos de 91 mujeres han sido asesinadas en las vías públicas y no menos de 159 murieron a causa de las heridas que les causaron armas de fuego. El informe fue presentado por la coordinadora de Háblame de Respeto, Rebeca Dávila, quien destacó que las cifras que les siguen a las anteriores en segundo lugar son los no menos de 58 asesinatos de mujeres que este año han sido cometidos en casas de habitación, hoteles o similares, y los no menos de 30 cometidos con armas blancas.
Otra de las cifras que Dávila destacó como relevantes fue que en la mayoría de los casos de feminicidios el presunto responsable es un pandillero.
“Nadie está seguro en un país en el que las pandillas ejercen su poder, pues las estructuras no solo se matan entre sí por el control de drogas y la extorsión, sino que cualquier mujer es una potencial víctima al ser cosificada como un objeto de guerra”, reza el informe y agrega: “Muchas mujeres en El Salvador tienen que vivir en un co-gobierno donde se libra, en los últimos años, una guerra no declarada entre las pandillas y el Estado, públicamente no reconocida como otros conflictos armados, aunque las consecuencias en vidas humanas son innegables”.
Háblame de Respeto advierte que si bien la cifra de homicidios sigue siendo superior a la de feminicidios, las mujeres han comenzado a correr más peligro, porque en los imaginarios de los hombres persiste el concepto de que el cuerpo de una mujer es también un territorio a conquistar, y porque están asumiendo nuevos roles dentro de las estructuras de grupos delincuenciales (ver nota aparte).
El informe enumera un total de 375 asesinatos de mujeres entre enero y octubre, de los cuales preocupa el hecho de que hay una cantidad de “232 mujeres que el SIAGV (Sistema Interactivo de Avisos de Violencia de Género) no ha logrado identificar, pues los datos que procesa la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fiscalía General de la República son desconocidos. La mayoría de los cuerpos son dejados en lo que la PNC llama ‘zona de liberación’, lo cual limita entender la complejidad del fenómeno”, dice el informe.
Esas zonas de liberación identificadas por el informe son principalmente “el Triángulo de la Muerte”, que comprende la carretera de Oro, Ciudad Delgado y Soyapango; el bulevar Luis Poma, en Santa Elena, que de Antiguo Cuscatlán conduce a Huizúcar; y la autopista a Comalapa.
Durante una entrevista realizada por el equipo multidisciplinario a cargo de esta investigación, el viceministro de Prevención Social, Luis Roberto Flores Hidalgo, citado por el informe, les expuso: “Llegan a tirar los cadáveres a la carretera de Oro, un tramo que se ha convertido en una zona de liberación”.
SOBRE LA ORGANIZACIÓN
HÁBLAME DE RESPETO ES UN MODELO INTEGRAL DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO, CREADO EN 2014 POR LA FUNDACIÓN LATITUDES Y LAS MUJERES, QUE FOMENTA UNA CULTURA DE DEFENSA Y PROTECCIÓN DE DD HH.