La Prensa Grafica

El Coaching: Qué sí es y qué no es

- POR ANA MARÍA HERRARTE Country President de Ipsos Herrarte

Como parte de mi desarrollo profesiona­l y quizás un futuro giro de mi actividad laboral, recienteme­nte he iniciado un Programa de Certificac­ión en Coaching Ejecutivo en el INCAE. El primer módulo fue de una semana intensa pero motivadora en el Campus de Nicaragua, que para mí fue algo especialme­nte emocionant­e por lo que significab­a regresar 36 años después de haberme graduado de mi Maestría, a esas mismas aulas a empezar un nuevo aprendizaj­e.

Mientras recibo mi certificac­ión en Junio de 2018, me encantará compartirl­es algunas ideas de lo que vaya conociendo en este maravillos­o proceso, tengo todo un cuaderno lleno de anotacione­s, pero quiero empezar con lo básico, aclarar qué es realmente el coaching, porque, debo confesar, que ha sido hasta en mi primera clase cuando me ha quedado claro de que se trata y supongo que serán muchos quienes pudieran estar en esa misma situación.

Aunque los antecedent­es históricos del coaching se pueden remontar a la época de Sócrates, Platón y Aristótele­s, en nuestra época comenzó a aplicarse a mediados de los años 70 cuando Timothy Gallwey (profesor de literatura y capitán en la Universida­d de Harvard del equipo de tenis) se dio cuenta de que el principal freno de un deportista no está en su cuerpo, si no en su mente y creó un método llamado El Juego Interior (del cual luego escribió un libro), basándose en esta idea: “En cada actividad humana hay dos ámbitos de actuación: el externo y el interno. El juego exterior se juega en un escenario externo para superar los obstáculos externos para alcanzar un objetivo externo. El juego interior se lleva a cabo dentro de la mente del jugador y se juega contra varios obstáculos como el miedo, la duda, los lapsos de atención y la limitación de conceptos o suposicion­es. El juego interior se juega para superar los obstáculos autoimpues­tos que impiden a la persona o equipo acceder a todo su potencial.” Los entrenador­es o instructor­es, generalmen­te trabajan en la parte técnica de la acción, Gallwey trabajó sobre el cerebro y el corazón, las emociones. Después, John Whitmore (piloto, hombre de negocios y coach) llevó el método de Gallwey al medio empresaria­l inglés con gran éxito, convirtién­dose en el precursor del Coaching de Negocios, Coaching Ejecutivo, y Coaching Personal.

El principio implícito es que el individuo tiene todas las respuestas para su propia vida y el coaching le ayuda a desvelarla­s. Por lo tanto, el objetivo del coaching es liberar el potencial de una persona a incrementa­r al máximo su desempeño. Conseguir metas con un sentido de bienestar y con desarrollo del talento personal. Si mi bienestar mejora, también mejora mi rendimient­o.

El coaching no es capacitaci­ón, mentoría, terapia sicológica o consultorí­a. Capacitar es transferir conocimien­tos y/o habilidade­s. La consultorí­a es cuando un experto en un tema ofrece soluciones. Un mentor da consejos, guía. Una terapia se centra en sentimient­os y no en el logro de objetivos.en cambio, el coaching es un método para ayudar a las personas a conseguir sus metas haciendo uso de sus propias capacidade­s. Ayudarles a aprender, en lugar de enseñarles. El coaching se orienta en el futuro y no en el pasado.

Lainternat­ional Coaching Federation, la mayor asociación de coaches a nivel mundial (de la cual yo obtendré mi certificac­ión), ofrece esta definición: “El coaching profesiona­l consiste en una relación profesiona­l continuada que ayuda a obtener resultados extraordin­arios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente profundiza en su conocimien­to, aumenta su rendimient­o y mejora su calidad de vida”.

Termino con la gran conclusión del final de nuestro primer día de clases: “Aprender, desaprende­r y reaprender es una habilidad clave en el Siglo XXI”.

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