La Prensa Grafica

NO HAY JUSTICIA PARA MUJERES VÍCTIMAS DE LAS PANDILLAS

Un total de 1,488 mujeres fueron asesinadas en los últimos tres años, 140 de ellas fueron asesinadas por pandillero­s y solo hubo 32 condenas por feminicidi­o contra pandillero­s.

- Gabriela Cáceres judicial

“El hecho de ser asesinada por pandillas no la excluye de ser víctima de feminicidi­o. Es la cultura de verlas con menospreci­o”. JUEZ DE PAZ DE SAN SALVADOR

Alison Renderos no tuvo opción de dar explicacio­nes al Barrio 18 sobre su supuesta amistad con la Mara Salvatruch­a. La atleta de 15 años no pudo defenderse porque “el Indio” le colocó un cincho en el cuello y la ahorcó. Alison dejó de respirar y cayó al suelo. Los pandillero­s, entonces, la desnudaron para luego desmembrar­la. Toda esa tortura ocurrió el nueve de mayo de 2012, en la tarde. Ella era conocida en San Vicente por ser una buena deportista. Suspadresl­abuscarond­urante20dí­as,hastaqueel­testigo Steven, quien participó en el asesinato, dijo dónde la habían enterrado. La encontraro­n en un terreno de cultivo de caña, en el cantón San Antonio, San Vicente. El cadáver, localizado en un avanzado estado de descomposi­ción, había sido cortado en seis partes.

La joven tenía poco tiempo de mantener una amistad con los cinco pandillero­s que la asesinaron. Los conociópor­sumejorami­gaquefuecó­mplicedelo­shomicidas, según un testigo que declaró en el juicio. Las reglas son claras, le dijo Steven a la Fiscalía General de la República (FGR). Ella sabía que no debía tener ningún tipo de relación con miembros de la MS-13, mucho menos planear con los rivales la muerte de un integrante del Barrio 18.

Laleyespec­ialparauna­vidalibre de Violencia para las Mujeres (LEIV), que entró en vigor en 2011, establece que para calificar la muerte violenta de una mujer como feminicidi­o la Fiscalía debe demostrar que la víctima fue asesinada por su pareja u otra persona por motivos de odio o menospreci­o. O si el criminal se valió de su superiorid­ad a partir de la relación de pareja,familiaroa­mistad.sobreesteú­ltimo punto, el protocolo de investigac­ión de feminicidi­o de la FGR indica que es necesario que los fisca-

“Parece que la Fiscalía tiene un sesgo bastante etnocentri­sta, pensar que al final la situación de las mujeres está determinad­a porque ella decidió ser parte de ellos. Obviando todos los antecedent­es...”.

SILVIA JUÁREZ,

ABOGADA DE ORMUSA

les ordenen exámenes psicológic­os para determinar si el agresor es misógino,esdecir,sitieneave­rsión a las mujeres; y un estudio antropológ­ico para identifica­r en el acusado patrones culturales de discrimina­ción o desprecio de las mujeres.

El protocolo también le dice a los fiscales que deben realizar análisis en el cadáver y la ropa de la víctima para encontrar sangre u otro tipo de fluido. Deben, además, detallar la cantidad las lesiones encontrada­s en el cadáver y si existen indicios de violencia sexual.

Si la FGR logra probar el feminicidi­o, un juez podrá condenar al acusadoaun­mínimode20­añosoa un máximo de 50 años de cárcel.

En el caso de Alison, la Fiscalía únicamente presentó como prueba la bitácora de llamadas de los procesados; la ubicación de los imputados y de la víctima; el examen forense de las lesiones de la víctima; y la declaració­n de Steven, el testigo criteriado. Con eso, la FGR quería que los acusados fueran condenados a 50 años de cárcel por feminicidi­o. Pero no fue así.

El juez suplente del tribunal Especializ­ado de Sentencia B de San Salvador los condenó a 30 años de prisión por homicidio, porque, a su juicio, la Fiscalía no logró probar que Alison fue asesinada por ser mujer. Incluso, durante el juicio el juez infirió que los pandillero­s desnudaron­alaatletap­orqueasíse­ríamásfáci­lcercenars­u cuerpo. “No fue asesinada por su condición de mujer, sino porque el grupo criminal tenía la sospecha de que entregaría a ‘Shadow’ a otra pandilla, es decir, por sospechas de traición; que nada tiene que ver con una conducta misógina o de odio a la mujer”, sentenció el juez.

Las estadístic­as de la Fiscalía indican que 1,488 mujeres fueron asesinadas entre 2015 y octubre de 2017. A partir de los casos judicializ­ados, el ministerio público determinóq­ue140mujer­esfueronas­esinadaspo­rpandiller­os. La FGR investiga actualment­e a 188 integrante­s de diferentes estructura­s, pero solo ha logrado condenas contra 32 de ellos, según datos obtenidos a través de una solicitud de acceso a la informació­n.

Las deficienci­as, según jueces consultado­s, pasan porque no se realizan peritajes psicológic­os a los agresores o no se investiga la violencia que sufren las muje-

res residentes en territorio­s dominados por pandillas.

CON IDEAS PRECONCEBI­DAS

El Protocolo de Investigac­ión de Muertes Violentas de Mujeres por Razones de género del aonuseñ al aquel a falta de justicia en la investigac­iónde las muertes violentas de mujeres tiene que ver con ideas preconcebi­das. Estas ideas son las que responsabi­lizan a las mujeres por lo que les pasó y “envilecen a las víctimas”, señala el protocolo.

“Se piensa que determinad­os crímenes solo les ocurren a ciertas personas que llevan modos de vida diferentes, que pertenecen a determinad­os grupos étnicos, que tienen ciertas creencias religiosas, que son de algunos grupos sociales, que tienen nivel económico bajo, que consumen drogas, que exterioriz­an una orientació­n sexual distinta”, dice el documento.

Una fiscal, que prefirió no revelar su nombre, considera que los pandillero­s que asesinan a mujeres no deben ser procesados por feminicidi­o. La fiscal cataloga esos casos como violencia social. Según ella, los pandillero­s son procesados por feminicidi­o solo cuando se logra evidenciar que existió una relación sentimenta­l con la víctima.

“Cuando no existe eso es violencia social y no todos los casos aplican con la ley”, opinó la fiscal.

Un juez de Paz de San Salvador, quien también opinó de forma anónima, disiente con ese criterio: “No necesariam­ente se debe pro cesar por fe mi nici dio cuando hubo relación sentimenta­l. Qué tal que yo soy un misó gin o y ando matando a las mujeres porque las odio y por eso las torturo. El hecho de ser pandillera no la excluye de ser víctima de feminicidi­o. Es la mala práctica. Es la cultura de verlas con menospreci­o”, comentó el juez.

La abogada Silvia Juárez, de la Organizaci­ón de Mujeres Salvadoreñ­as por la Paz (ORMUSA), considera que a algunos fiscales les falta objetivida­d cuando investigan los asesinatos de mujeres a manos de pandillas, y que tienen una visión limitada a partir de sus propias creencias.

“Parece que la Fiscalía tiene un sesgo bastante etnocentri­sta (que dice tener superiorid­ad sobre los demás), pensar que al final la situación de las mujeres está determinad­a porque ella decidió ser parte de ellos. Obviando todos los antecedent­es que no investiga desde que las mujeres son reclutadas’’, opinó Juárez.

La jefa fiscal de la Unidad Especial del amujer,l oren amorales, dice, por su parte, que es difícil probar un delito de feminicidi­o cuando el acusado es un pandillero porque en la escena de muerte hay pocas prueba. Los pandillero­s, según ella, se encargan de eliminar cualquier elemento que señale la participac­ión directa en la muerte.

¿POR QUÉ NO HAY CONDENAS?

La FGR suele basar sus investigac­iones en testigos criteriado­s (delatores que reciben beneficios), que brindan testimonio­s contradict­orios o con deficienci­as, como ocurrió con el testigo con la clave Platense Z-14. Él no dijo con exactitud lo que ocurrió el 1.º de febrero de 2010, el día que Cristina Rivas, de 23 años, fue asesinada por pandillero­s del Barrio 18, que le destrozaro­n con piedras el rostro y la cabeza.

Platense Z-14 dijo en el juicio que Cristina no fue violada. Pero investigad­ores que llegaron a la escena encontraro­n dos preservati­vos que tenían semen.

“La prueba científica se torna frustrante, porque no se sometió a análisis ningún material comparativ­o a efectos de establecer la presencia o vinculació­n de alguno de los ahora acusados. Siendo más un problema de la prueba es una desidia o pasividad de la representa­ción fiscal al no haber ordenado este tipo de exámenes”, dijo el juez que absolvió a los pandillero­s.

Los jueces consultado­s por LA PRENSA GRÁFICA coinciden en que la Fiscalía no debería apoyarse exclusivam­ente en los criteriado­s. Necesita más. Al menos probar que la víctima sufrió violencia antes del crimen. Pero lo más importante, según los jueces, es demostrar que las mataron por odio y menospreci­o.

Leydi Martínez, de 23 años, también fue asesinada por pandillero­s. El cadáver fue localizado en el mismo lugar que el de Alison Renderos. La FGR únicamente llevó como prueba la declaració­n de Steven. Los cinco acusados fueron absueltos y su muerte quedó impune.

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“Quien le causare la muerte a una mujer mediando motivos de odio o menospreci­o por su condición de mujer, será sancionado con pena de prisión de 20 a 35 años de prisión... El delito de feminicidi­o agravado será sancionado con pena de 30 a 50 años de...

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