La Prensa Grafica

Meditemos en el Evangelio de San Marcos 1, 7-11

-

Con tu bautismo, Señor, cerramos este periodo litúrgico en el que te hemos acompañado durante estas semanas de Navidad.

El Evangelio nos cuenta, Señor, que fuiste al Jordán para ser bautizado y quisiste ser consagrado en este río por las señales del cielo. Jesús, naces por señales sagradas; el día 24 de diciembre naces entre los hombres, por eso podemos decir que hoy es como un nuevo nacimiento. Hoy, Dios, tu Padre, es quien te envuelve con su voz diciendo: este es mi hijo amado, en el cual tengo mis complacenc­ias, escúchenlo. María te presenta a los magos para que te adoren, el Padre te presenta a las naciones para que te reverencie­n y te imiten. Señor, si tu vida fue en todo igual a nosotros, menos en el pecado; si no había maldad en ti, al decir San Pablo “Cristo pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”, entonces ¿por qué te dejaste bautizar por manos de Juan? Señor, quieres sentirte solidario hasta ese extremo con tu pueblo, con cada uno de nosotros, hasta someterte a un rito de purificaci­ón, aunque personalme­nte no lo necesitara­s. Así, se descubre la segunda intención de tu bautismo: apareció en ese momento una nube misteriosa y desde dentro de ella, una voz potente que decía: “Este es mi Hijo muy amado en quien tengo mis complacenc­ias”, al mismo tiempo que “se abrieron los cielos y se vio al Espíritu de Dios que descendía en forma de paloma”. Algo trascenden­tal ocurre entonces en ese momento: no solo eres presentado como el Salvador, como verdadero Hijo de Dios, sino que Dios mismo te presenta en forma trinitaria, invitando a todas las gentes a participar de la alegría de unos cielos que se abren para dar paso al Salvador. Es una gracia que nos purifica del pecado. Además, el bautismo marca toda nuestra vida y da significad­o a nuestro camino en la tierra, por él podemos recibir los siguientes seis sacramento­s y nos da la gracia de ser templos de Dios. ¿Cómo no cuidar en nuestra vida esta marca que nos ha hecho renacer del espíritu?

Mi propósito en este día será dar gracias a Dios por el bautismo del Señor, pues gracias a su bautismo, yo con el mío participo de esta vida nueva que Jesús ha venido a traerme, a hacer propias las palabras de Dios Padre: “Este es mi Hijo muy amado”, y correspond­er con mi filialidad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador