CABAÑA LA ESPERANZA
ES UN LUGAR QUE DESTACA LO BELLO DE LO RÚSTICO Y OFRECE LA PAZ DE LAS COSAS SENCILLAS.
Este es el viaje por la cabaña La Esperanza, entre los cafetales de Apaneca, que comienza entre sus paredes de madera de ciprés y piso sencillo; al fondo, la chimenea sube la temperatura. Se encuentra a 900 metros sobre el nivel del mar. Durante la estadía, las fuertes ráfagas de viento no permiten olvidar que has dejado atrás el confort de un viaje común y que llegas a una verdadera cabaña, con todo lo que esto significa. Luces tenues y una temperatura que por las noches desciende hasta los 10 grados en un día normal. Entre las rendijas de la madera, la naturaleza se hace sentir con sus colores, sonidos y reflejos. Mientras, el palo de cuje frente a la entrada principal cubre la vista, dando más intimidad a los visitantes de la cabaña.
PAZ Y TRANQUILIDAD
Desde el suelo, paz, y desde el aire, admiración por este oasis de tranquilidad, acogido por los cafetos; líneas interminables de plantas portadoras del grano de oro rodean estas construcciones. El ecosistema, además de relajación, permite el cultivo del café, una simbiosis que forma la mano del hombre y la vida de las plantaciones que ahora están en reposo luego de la temporada de corta. A un costado de La Esperanza, el cerro de Apaneca y sus 1,830 metros es observador del viaje, vigía del café, testigo del tiempo. Los cafetales lo han conquistado y ahora son uno solo.
El humo de la chimenea ardiendo me trajo de vuelta; los tejados rosas de las cabañas de madera sirven de guía, colores distintos en un ambiente dominado por el verde en esta parte de Apaneca. Lo vi todo desde una construcción de madera que da paz y regala esperanza a quienes la visitan.