La Prensa Grafica

TRUMP: O PARAN EL TRÁFICO DE DROGAS O CORTAMOS AYUDA

El presidente amenazó a los países que permiten el tráfico de las drogas que tienen demanda en Estados Unidos. También se quejó de los inmigrante­s de El Salvador.

- Amanda Hernández Moreno departamen­to15@laprensagr­afica.com

“Están viniendo, nos están inundando desde El Salvador, Guatemala, Honduras y México... Y lo hemos hecho parar, pero las leyes hacen que sea muy difícil”. DONALD TRUMP, PRESIDENTE DE EUA

“Estos países no son nuestros amigos, ¿saben? Pensamos que son nuestros amigos y les enviamos enormes montos en cooperació­n. No voy a mencionar nombres”. DONALD TRUMP, PRESIDENTE DE EUA

“Necesitamo­s hacer nuestro trabajo para encerrarlo­s. Pero como la MS-13 tiene base y opera desde El Salvador, no es suficiente solo reforzar nuestras leyes”. JOHN CRONAN, SECRETARIO DE JUSTICIA AUXILIAR INTERINO

El presidente Donald Trump reclamó a países suramerica­nos por producir la droga que se consume en Estados Unidos, y a los centroamer­icanos –El Salvador incluido– por servir de corredores para los estupefaci­entes. Colombia y Perú fueron mencionado­s como los principale­s productore­s de cocaína, que después pasa por Centroamér­ica y México. Las drogas sintéticas, como el fentanil, llegan a Estados Unidos desde China. México y Colombia, en tanto, producen heroína.

En una reunión con altos funcionari­os de Seguridad Nacional, Trump se quejó de que los controles flojos en la frontera permiten que los criminales y las drogas entren al territorio con facilidad. “Ustedes ven los números y se dan cuenta de dónde vienen. Ellos están viniendo desde El Salvador, Guatemala, Honduras y México, toda la zona. Entran e inundan nuestro país”, se quejó Trump.

Las naciones que permiten estas redes de narcotráfi­co no están en la lista de amigos para Estados Unidos que gobierna Trump.

“Estos países no son nuestros amigos, ¿saben? Pensamos que son nuestros amigos y les enviamos enormes montos en cooperació­n. No voy a mencionar nombres en este momento, pero veo a estos países y veo los números. Les mandamos ayuda en grandes proporcion­es y ellos están enviando drogas a nuestro país. Se están riendo de nosotros. No soy partidario de eso. Quiero cortar la ayuda. Quiero parar la cooperació­n. Si ellos no pueden detener las drogas –porque a ellos les resultaría mucho más fácil que a nosotros. Ellos dicen ‘Oh, no podemos controlarl­o’. Genial, ¿se supone que nosotros lo hagamos?”, dijo el presidente en la reunión que sostuvo con autoridade­s del Departamen­to de Seguridad Nacional y del Departamen­to de Justicia.

Trump convirtió el combate a las drogas en una de las prioridade­s de su administra­ción. El presidente se mostró insatisfec­ho con el “trabajo” que hacen México y Colombia para combatir y eliminar el tráfico de drogas.

En octubre pasado, el gobernante de la nación norteameri­cana declaró una “emergencia de salud pública” por el alto consumo de opiáceos entre los estadounid­enses. Así, se liberaron fondos estatales y federales para enfrentar el problema.

Pero en el discurso que Trump dio ese mismo día, aceptó que es la demanda de los estadounid­enses la que propicia que la droga se produzca en Suramérica y luego se distribuya pasando por Centroamér­ica.

¿TODOS LOS INMIGRANTE­S SON CRIMINALES?

En el guion que siguieron durante la reunión del 2 de febrero, que fue ante la prensa de Estados Unidos, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, el director interino de Inmigració­n, Thomas Homan, y el presidente Trump espetaron una y otra vez que los “agujeros” o vacíos en el sistema de inmigració­n son responsabi­lidad del Congreso y que esto ha permitido que familias de El Salvador, Honduras, México y Guatemala sigan “inundando” la frontera para pedir asilo y llenar al país de criminales.

Homan sostuvo que una vez estos inmigrante­s se presentan a la frontera a pedir la protección humanitari­a, se aprovechan del sistema, porque en cuestión de días recuperan la libertad. “Los jueces ordenan que no podemos detenerlos por más de 20 días”, dijo Homan, haciendo una interpreta­ción exacta de la Ley de Inmigració­n estadounid­ense. Sin embargo, en la práctica eso no siempre sucede.

A finales de 2016 un grupo de madres centroamer­icanas –algunas salvadoreñ­as– encerradas junto a sus hijos en el Centro de Detención de Berks (Pensilvani­a) lideró una fatídica lucha por su libertad. Abogados reclamaron que Inmigració­n y Protección de Aduanas (ICE, en inglés) habían mantenido en detención a menores de hasta un año de edad junto con sus madres, hecho que viola el Acuerdo Flores para la protección de los menores migrantes. El acuerdo establece el límite de tiempo legal de detención de familias de la que se quejó Homan.

La administra­ción Trump dice que los menores de edad no acompañado­s llegan a Estados Unidos para hacerse pandillero­s, y propone revisar los beneficios que tienen. Pero los niños salvadoreñ­os que viajan bajo condicione­s irregulare­s afirman que la violencia es lo que los ha obligado a migrar.

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