HAYINSTRUMENTALIZACIÓN DELANIÑEZDENTRODE LASCAMPAÑASPOLÍTICAS
ORGANIZACIONES QUE TRABAJAN POR LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA SEÑALAN QUE NINGUNA PLATAFORMA POLÍTICA INCLUYE PROPUESTAS PARA ESTE SECTOR.
Aunque la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LEPINA) no prohíbe literalmente la utilización de imágenes de niños, niñas y adolescentes en publicaciones de campaña electoral, tanto el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (CONNA) y organizaciones que trabajan por los derechos de la niñez advierten que hay una instrumentalización de parte de los partidos políticos para obtener más votos.
En el Artículo 46 de la LEPINA se prohíbe la divulgación y uso de imágenes de menores de edad en contra de su voluntad y sin la aprobación de sus padres o responsables. Mientras que el literal B del Artículo 47 prohíbe la utilización de imágenes en “programas, mensajes publicitarios y producciones cuyos contenidos inciten a la violencia o sean inadecuados para su edad”.
Desde 2014, el CONNA advierte de en qué condiciones es apropiado utilizar imágenes de infantes. “Nosotros hemos visto en diversos procesos electorales, no solo en el presente, la instrumentalización y utilización de los niños y las niñas para pedir el voto de un candidato, de una candidata o para que se marque la bandera de un partido político. Eso no es lo adecuado para su edad”, dijo Griselda González, subdirectora de Registro y Vigilancia del CONNA.
El consejo no tiene un procedimiento de revisión de cada spot de campaña electoral, sin embargo, sí han tenido comunicación con candidatos y partidos políticos al advertir que en algunos se utilizaron imágenes inadecuadas. Esto se habría hecho desde el año pasado, antes de que inició oficialmente la campaña.
“Si salen recibiendo servicios de salud, estudiando, imágenes propias de su edad, actuaciones propias de su edad no se está generando una vulneración. La vulneración es cuando el niño y la niña sale pidiendo el voto, cuando sale agitando banderas o cuando sale, como ustedes vieron, leyendo un comunicado de un candidato, una candidata, eso sí es una vulneración de derechos”, dijo González.
También aclaró que las disposiciones se aplican a las redes sociales, en las que también diferentes candidatos aparecen junto a niños o en la entrega de donativos. “Los niños no pueden salir en procesos electorales recibiendo víveres. Sí que les escuchen, sí que les tomen en cuenta la opinión”, sostuvo.
Indicó que la niñez también tiene ciudadanía política y que puede participar de procesos electorales, pero en espacios donde se les escuche su opinión, como foros y debates e inclusive dar o hacer exigencias a los políticos.
En el contexto electoral actual, tanto el partido oficial FMLN como el partido ARENA en algún momentos han recurrido a utilizar infantes para transmitir sus mensajes, principalmente en medios de televisión y redes sociales, pero sin que sean ellos quienes pidan el voto directamente.
“¿Y qué es lo que estamos viendo? Toda esa parte la han cuidado muy bien las campañas y las agencias de publicidad. Lo que estamos viendo en los spot son campañas basadas en sentimientos y emociones, son campañas que no están utilizando la razón, la lógica y el contexto realmente de país para poder ofrecer soluciones integrales para los niños y las niñas”, comentó Alicia Ávila, directora de país de Fundación EDUCO.
DILEMA ÉTICO
Las campañas basadas en las emociones para mover la intención del voto a favor de determinado partido, constituiría “un dilema ético” según Ávila, en particular cuando los partidos no han presentado en sus plataformas propuestas concretas por la niñez.
“Pero no estamos usando a los niños para promover sus derechos. No hay plataformas políticas que vayan encaminadas a promover que los niños y niñas de este país puedan ser felices, que los niños y niñas puedan ser respetados, no discriminados, no violentados; ninguna plataforma tiene propuestas para que estos niños tengan derecho a vivir en familia, a desarrollar sus habilidades”, señaló.
Agrega que la voluntad política es reducida en favor del ejercicio de los derechos de la niñez, que no hay programas ni políticas de Estado articuladas ni integrales. “Hay, creo yo, un problema de ética, de concepción social y de falta de creatividad de los políticos; creo que se les agotan las posibilidades porque cada día la pobla-
ción cree menos en ellos”, dijo.
La LEPINA establece que para publicar imágenes se debe contar con la aprobación de los padres o responsables, pero también de los menores de edad. En este tema, considera que las personas adultas “están decidiendo por ellos” con fines particulares.
“Y ahí estamos hablando de padres, madres, personas responsables que a partir de sus convicciones políticas, tal vez a lo mejor porque de por medio les ofrecen algún aporte económico a cambio de que dejen a sus hijos e hijas participar en esos anuncios publicitarios, hay un beneficio para el padre, la madre, no así para el niño y la niña”, dijo Yesenia Segovia, asesora de Género y Protección de la Niñez de Plan.
Considera que se debe respetar el principio del ejercicio progresivo de las facultades, en el que niños y niñas desarrollan sus habilidades, capacidades, destrezas y aptitudes en dependencia de su edad cronológica.
“Desde la perspectiva de Plan consideramos que la opinión de niños y niñas es importante y esa opinión y esa participación que tengan para decir ‘sí yo quiero salir en este anuncio o no quiero salir’, esa opinión parte de esa madurez emocional que tengan”, expresó.
También considera que debe haber propuestas bien definidas. “En estos contextos electorales mas bien sería oportuno e interesante no incluir a los niños y niñas; pero sí incluir en las campañas que llevan los partidos, dentro de sus propuestas, mensajes claros que reflejen o evidencien su disposición e interés por trabajar por el sector de niñez y adolescencia”, añadió Segovia.
“Sí hacemos ese llamado fuerte a la clase política a ser más creativa, a que realmente no ofenda el intelecto de los salvadoreños, porque poniendo la imagen de un niño no es la forma de atraer el voto”, reiteró Ávila.