SILENCIO EN SAN MIGUEL
PASAQUINA GANÓ SU PRIMER JUEGO DE VISITA DEL TORNEO, ANTE UN ÁGUILA, DE NUEVO, IRREGULAR.
Aveces se halla en la cancha y en otras ocasiones se borra del mapa. La intermitencia del Águila se ha convertido en un hábito que provoca serios dolores de cabeza. Tras ganar el clásico nacional ante el FAS, los emplumados regresaron a San Miguel y tropezaron contra el Pasaquina.
La escuadra migueleña lució desganada y con poca capacidad de respuesta cuando debió apretar el acelerador. De frente los locales tuvieron a un Pasaquina con buen fuelle ofensivo y que supo responder con los goles de Nicolás Muñoz y Otoniel Salinas para sacar los tres puntos vitales para ascender puestos en la clasificación general.
Precisamente el panameño, máximo goleador emplumado en torneos cortos, hizo valer su máxima de siempre: ajusticiar a los emplumados. Apenas a los cuatro minutos aprovechó un servicio enviado desde la derecha para mandar un remate que pegó en el travesaño, después de vencer a Villalobos.
Ese fue un aviso. Dos minutos después, el mismo Muñoz se animó y ya metido en el área despachó un remate que venció a meta local y que desató la fiesta en el bando pasaquinense.
El tanto en contra no desesperó a los migueleños, que comenzaron a verse mejor y a producir. Lezcano y García probaron al meta y este respondió bien.
Empujó tanto que a los 35' marcó el empate. El árbitro sancionó una mano en el área tras un zapatazo de Ortiz y decretó penalti. Lezcano se paró y mandó un tiro bien colocado que dejó sin opciones a Torres.
En el complemento, el Pasaquina salió más convencido de que podía hacer daño. A los 46', estuvo cerca de adelantarse de nuevo. Gutiérrez despachó un potente remate y mandó un tiro directo a los guantes de Villalobos. Águila reaccionó con un potente remate de Lezcano, que picó en los guantes de Torres.
Sin embargo, los visitantes no perdieron fuerza y a los 62' pegaron el zarpazo letal. Salinas se metió al área y despachó un tiro raso que infló la red y silenció por completo el Barraza.