Mente sana, en cuerpo sano
La frase proviene del latín: orandum est ut sit mens sana in corpore sano, la cual llama al equilibrio de un cuerpo en perfectas condiciones de la mano con una excelente salud mental en una persona.
Lastimosamente, esta es una premisa que en El Salvador se ha desarrollado tradicionalmente de forma raquítica desde las aulas, por la poca apuesta a la Educación Física en el pénsum, la cual se traduce en problemas de salud y ocio en la niñez y juventud en nuestra sociedad.
Sin embargo, no siempre fue así: como parte de la segunda reforma educativa en El Salvador, realizada en 1968, surgió la generación de los de docentes de la Escuela Superior de Educación Física y Deportes de 1970 a 1977, la cual significó un avance en el aspecto formativo y profesional.
Ese camino que podría haberse traducido en mejor salud, sano esparcimiento y la probabilidad de potenciar de forma masiva el deporte de alto rendimiento en niños y jóvenes se fue desvaneciendo con el pasar de los años, acarreado principalmente por la indiferencia en la educación integral.
El programa de Educación Física en las épocas pasadas tenía una riqueza no solo en su práctica física, sino también en su filosofía, la cual pretendía crear jóvenes integrales. Uno de los principales errores en la actualidad ha sido retirar el carácter obligatorio a la disciplina, en décadas anteriores se gozaba de mayor cantidad de horas clases para la asignatura de Educación Física. Ahora todo ha cambiado, a tal punto que solo se realizan dos horas clase a la semana en los diferentes centros educativos.
Como consecuencia, en la actualidad el sedentarismo se encuentra en crecimiento, siendo una de las principales causas de enfermedades crónicas que desencadena en otras más graves, como la obesidad y el cáncer. Padecimientos que originalmente afectaban a personas de mayor edad, ahora son más frecuentes en niños y jóvenes.
Las cifras de sobrepeso en nuestro país son las siguientes: 425 mil niños y adolescentes que tienen obesidad, de los cuales 32 mil son menores de cinco años, 137 mil niños escolares y 256 mil adolescentes, según información brindada por coordinador del Centro de Investigación del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP). Cifras alarmantes que pueden seguir aumentando.
Esto demuestra que aunque exista una normativa alimenticia en los centros escolares como la Regulación de Tiendas y Cafetines Escolares Saludables, que actualmente está desarrollando el Ministerio de Educación, la cual busca reducir los niveles de grasas, de azúcares y valores calóricos en los alimentos, no será efectiva, ya que no va en sintonía con la educación y la práctica plena del ejercicio físico que los alumnos deben realizar.
Cuando las autoridades de educación tomen en serio el valor que tiene la Educación Física para el desarrollo de los jóvenes, se podrá educar verdaderamente de una forma integral, inculcando hábitos saludables y espacios de sano esparcimiento; en definitiva existirá un desarrollo más sólido para formar ciudadanos con mente sana en cuerpo sano.