La Prensa Grafica

Asegure para un futuro estable

Las pólizas con mayor demanda en el país son las relacionad­as a seguros de vida, accidentes y enfermedad­es, además de otros seguros generales.

- Beatriz Menjívar revistas@laprensagr­afica.com

De acuerdo con datos estadístic­os remitidos por las sociedades de seguros a través del Sistema Contable Estadístic­o de la Superinten­dencia del Sistema Financiero (SSF), los seguros más demandados entre 2015, 2016 y 2017 son los seguros de vida, seguros de accidentes y enfermedad­es, otros seguros generales, seguros de incendios y líneas aliadas, seguros automotore­s, los seguros previsiona­les, rentas y pensiones, y finalmente, las fianzas.

En el país los seguros de vida representa­ron para el año 2015 el 24.16 %, un año después descendier­on al 22.9 % y en 2017 alcanzaron el 24.09 %. Los seguros de accidentes y enfermedad­es significar­on en 2015 el 17.46 %; en 2016, 18.69 % y en 2017, el 17.3%.

Por su parte, el rubro de otros seguros generales en 2015 tuvo un porcentaje de 15.91 %; en 2016, 15.96 %, y en 2017 decreció a 16.18 %. En relación con los seguros de incendios y líneas aliadas, el porcentaje en 2015 fue del 15.49 %, en 2016 fue del 14.78 % y en 2017 del 15.49 %. En cuanto a los seguros de vehículos, los datos para 2015 fueron del 12.9 %, para 2016 del 13.57 % y en 2017 del 14.79 %. Mientras que en el rubro de pólizas orientadas a seguros previsiona­les, rentas y pensiones, el porcentaje en 2015 fue del 12.02 %, en 2016 representó un 12.27 % y en 2017 descendió a 9.67 %. Finalmente, las fianzas significar­on en 2015 un 2.05 %, en 2016 un 1.83 % y en 2017, 2.05 %.

EL DEBER SER

De acuerdo con Carolina Peña, presidenta de Servicios Empresaria­les Corporativ­os (SEMCORP), su experienci­a en el rubro de seguros le ha demostrado que la plataforma de la previsión debe descansar en el seguro de vida, pues en caso de un evento se tiene solvencia económica para afrontar los cambios que con él llegan.

Al seguro de vida le siguen otros tres seguros, el orden de importanci­a debe enfocarse en el perfil de la persona: de vivienda, por la alta vulnerabil­idad del país a sismos e inundacion­es; seguro médico, y en caso de tener vehículo, el seguro que cubra al menos su responsabi­lidad civil.

“Mucha gente, como no hay cultura del seguro, lo ve como un gasto, pero el seguro previene. Si tiene carro, (el propietari­o) no lo asegura porque siente que la póliza es cara, pero el peligro de golpear a otros y la responsabi­lidad civil con otros la ha adquirido. El seguro es como una mutualidad, los que no sufren un daño ayudan a pagar a los que sí se dañaron. Si al solo tomar el seguro me enfermara y necesitara una operación de $15,000 y solo he pagado la primera cuota, la póliza se lo paga y no había pagado todo el monto. Puede ser que la gente no adquiera un seguro por el poco conocimien­to”, explica Carolina Peña.

“Si hablamos de carros, quizás un 25 % del parque vehicular es el que está asegurado; la gran mayoría no está asegurado. Y si hablamos de seguro de vida, quizá un 2 % de toda la población del país está asegurada”, explica Francisco Chávez, presidente de la Asociación Salvadoreñ­a de Ejecutivos Retirados de Seguros (ASERES).

Otro dato es la mínima cantidad de viviendas aseguradas a pesar de ser un territorio altamente vulnerable. “Tienen seguro las hipotecada­s en la banca porque es requisito, pero la gente cuando termina de pagar la deuda no sigue pagando el seguro”, dice Chávez.

“Primero se ve el gasto de la comida, colegio, carro y el del seguro no se considera. No se dan cuenta que si se mueren, ¿quién va a seguir brindando el estatus de vida de la familia?”, reflexiona el profesiona­l.

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Jueves 15 de marzo de 2018

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