LAS BRUMAS
SE TRATA DE UN ESPACIO DONDE LOS ATARDECERES TARDAN EN CAER Y ENCANTAN A TODOS LOS QUE LOS ATESTIGUAN.
Todo gira alrededor de una casa antigua, misma que fue levantada en tiempos de producción de café cuando quizás la palabra turismo no se había inventado. Se levantó allá al occidente de la capital sobre el coloso volcánico, orgullo de todos, el Volcán de San Salvador. Se conservan sus portales y paredes vetustas, homenaje a épocas pasadas.
A su alrededor el verde natural y ese olor de ciprés que perfuma y regala paz a quienes saben reconocer la esencia de la campiña. Caminé por sus pasajes misteriosos y otros modernos que se han mezclado para dar forma a un nuevo destino.
VUELO SOBRE LAS BRUMAS
Desde el suelo historia y desde el cielo la arquitectura colonial se revela: casa de finca, casa de historias, idea original del colonizador, que engendró su cultura obligada y vio desarrollarse en la ciudad de San Salvador que se dibujaba en todo el firmamento.
Y es que Las Brumas tiene eso, un llamado nostálgico a volver la vista a lo sublime de lo cotidiano y permite disfrutar del paisaje que siendo el mismo, combina matices todos los días de la vida.
Las nubes orbitan esta parte del país y el choque de ambientes en la época de lluvia genera una densa cortina de aire templado, fenómeno que dio origen al nombre, Bruma. ARQUITECTURA
UNA CASA ANTIGUA CON CAMINOS DE CIPRÉS Y CAFETALES QUE SE ENCUENTRA EN LA FALDA DE UN GIGANTE.
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