Mi personalidad y mi conducta es lo que pongo a disposición”
La diputada de ARENA aspira a la presidencia de la Asamblea Legislativa. Ofrece un protocolo con medidas de transparencia y austeridad.
Las negociaciones para elegir a quién tendrá la presidencia de la Asamblea Legislativa, después del 1.º de mayo, no han iniciado oficialmente, pero algunos diputados ya muestran aspiraciones. Margarita Escobar quiere ser la cuarta mujer en la historia de la Asamblea en ocupar ese cargo, para impulsar protocolos y leyes que pasan por un plan de nación a largo plazo, empleo, elección de funcionarios y cambios administrativos.
¿Cree que ARENA merece la presidencia o pasa por una alianza con el resto de partidos?
En la Asamblea nada es automáticamente, todo requiere dialogar, construir el protocolo de entendimiento donde se deberá definir a qué partido le corresponde la presidencia de la Asamblea y creo que a ARENA le debería corresponder presidir este periodo por varias razones: tenemos varios años de no presidir la Asamblea Legislativa siendo un partido superimportante para el país. Segundo, tenemos un resultado electoral que vuelve a confirmar a ARENA con un mayor número, pero hay que tener claridad de que debe de construirse con todos los partidos para que la gobernabilidad legislativa sea más fácil.
¿Por qué aspira llegar a la presidencia?
Porque quiero servirle a mi país. Tengo un plan que tiene puntos específicos, que pasa por un protocolo de gobernabilidad democrática, empleo y paz social. Estoy proponiendo una ley marco para el futuro de El Salvador 20-38. La Ley 20-38 nos colocaría en perspectiva los próximos 20 años con objetivos estratégicos. Además, estoy proponiendo una ley de emergencia nacional para el rescate del empleo. También estoy proponiendo una superintendencia social con unas amplias facultades de salud y educación. Estoy proponiendo un protocolo de gobernabilidad democrática, con elecciones de funcionarios de segundo grado, información de comisiones ciudadanas y la definición de un nuevo método para elegir. Lo hago desde la perspectiva de una mujer salvadoreña y que también el país quiere ver rostros de mujeres en los puestos de toma de decisiones. Mi personalidad y mi conducta es lo que pongo a disposición. Por ejemplo, si la presidenta tiene que viajar, la presidenta de la Asamblea Legislativa rendirá cuentas al país antes de hacerlo, ¿a qué voy?, ¿con quién voy?, ¿cuánto cuesta?, y a mi regreso rendiré cuentas al pleno y al país sobre los resultados de este.
La Asamblea es una institución criticada por el gasto en viajes, viáticos y contratación de personal, ¿qué cambios haría?
Ese es uno de los puntos específicos que tiene mi plan de trabajo que le estoy presentando a todos que es el protocolo de funcionamiento administrativo acordado por los partidos políticos. Ahí tendríamos que ver los principios que propongo: transparencia, austeridad, proporcionalidad, gradualidad, metas y tiempo. Tendríamos que ver el tema de la junta directiva. ¿Cuántos serían y cuáles son los beneficios de la junta directiva? El protocolo de viajes se tiene que regular. El manejo de los recursos humanos. Yo, aquí, me quitaría la facultad de que sea la presidenta quien contrate y se la devolvería al órgano colegiado que es la junta directiva de la Asamblea legislativa. Hay que ver el tema de los derechos laborales y la flota vehicular. La política de contrataciones, el presupuesto, auditorías del personal técnico, entre otros. Yo estoy totalmente consciente de que la Asamblea ha venido dando pasos importantes, por ejemplo, en esta gestión que está terminando se han devuelto $4 millones, hubo ahorro de $4 millones y eso hay que rescatarlo y hay que decirlo también y hay que continuarlo. No hay seguro médico para los diputados, eso ya tiene más de un año. Ha habido muchos avances que también deben de recogerse.
¿Qué incidencia tiene la presidencia para hacer esos cambios?
La presidencia de la Asamblea no es una silla que le dé poder y glamur a alguien. Esa es una silla para buscar consensos, para tener visión de país, para trabajar con todos. Yo no me veo como presidenta de la Asamblea Legislativa haciendo estos planteamientos sola, al contrario, me veo poniendo a disposición todo lo que yo pueda.
¿Qué beneficios se debe revisar o quitar?
Hay que ver todo. Para empezar yo no quiero aventurarme en este momento a decir esto sí esto no, porque no tengo el panorama completo, y tendría que tener toda la información a mi disposición.
¿Cómo va a luchar internamente por llegar a ese cargo?
Reconozco en todos mis hermanos de mi partido que aspiran a ser presidentes de la Asamblea y sé que ellos tienen la capacidad y la honorabilidad y tienen la experiencia para poderlo hacer. Yo no voy a luchar contra nadie, yo voy a proponer y a proponer una visión.
Imagino que en ese proceso interno del partido se valorará la capacidad, ¿cuál es su experiencia política?
Sin duda la Asamblea tiene que tener proyección internacional, prestigio, generar confianza, que le diga al mundo ‘mire, aquí está El Salvador y puede invertir’. Yo tengo 20 años de experiencia diplomática donde he ocupado y tenido responsabilidades muy grandes. Por ejemplo, después del 11 de septiembre el mundo cambió y el mundo democrático necesitaba organizarse para luchar contra el terrorismo internacional. Buscar la persona que hiciera válido el plan de trabajo y el plan contra el terrorismo en el hemisferio requirió de muchos esfuerzos, y esta mujer salvadoreña fue la presidenta que hizo posible concretizar el plan. Otro ejemplo, negociar la Carta Democrática Interamericana es una aspiración de todo el hemisferio, la negociadora por El Salvador fue esta mujer salvadoreña, que era la embajadora ante la OEA (Organización de Estados Americanos).
“Si la presidenta tiene que viajar, la presidenta de la Asamblea rendirá cuentas al país antes de hacerlo, ¿a qué voy?, ¿con quién voy?, ¿cuánto cuesta?, y a mi regreso rendiré cuentas al pleno y al país sobre los resultados de este”.