Inicia el conteo final de salvadoreños con TPS
Ayer fue el último día para que los connacionales con TPS pudieran renovar su estatus. El Congreso de EUA tiene la única salida para una solución permanente.
El último día de renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para cerca de 190,000 salvadoreños que viven en Estados Unidos marcaba ayer el aumento de la preocupación y la incertidumbre ante la finalización de este amparo migratorio en septiembre de 2019.
“Estoy desesperada, serán 18 meses amargos que me quedan para ver que no hay solución, que este Gobierno nos castigó por ser trabajadores honestos y honrados, no sé si voy a aguantar la presión”, dice a Efe Patricia Hernández, beneficiaria del TPS.
Activistas y beneficiarios reconocen que la preocupación para los salvadoreños, el mayor grupo de inmigrantes que quedaron al borde del desamparo tras la decisión de la Administración del presidente Donald Trump de no extender el estatus más allá de 2019, quedó patente mientras se realizaban los trámites de renovación.
Pero la fecha marca además la cuenta regresiva hasta el 9 de septiembre de 2019, cuando los salvadoreños amparados por el TPS pierdan la protección.
Pablo Alvarado, director de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), explica que el desasosiego de este grupo de inmigrantes es diferente al de los indocumentados en general e incluso al de los jóvenes beneficiarios por la Acción Diferida (DACA), pues algunos de ellos llevan 20 años con un estatus legal que podrían perder en 18 meses.
“Tuvieron casi 20 años un estatus legal y están perdiendo todo: su empleo, sus familias, sus casas, mientras los otros están luchando por ese sueño, ellos ya pensaban que lo habían logrado”, advierte el director de la NDLON.
Hernández es un claro ejemplo de esto. A sus 55 años, y después de haber vivido por más de 20 años en Estados Unidos, la salvadoreña había logrado comprar una casa y establecer un negocio.
Ahora hasta el matrimonio de esta inmigrante peligra. “Mi compañero es mexicano, y no sería justo decirle vámonos para El Salvador a enfrentar una extorsión y quizás la muerte, ya no me quedan tantos años para emprender otra lucha”, resaltó Hernández.
Los salvadoreños no son el único grupo de beneficiarios que cuentan ya los días que quedan para perder su permiso de residencia, pues haitianos, nicaragüenses y sudaneses están en similar situación.
“Tuvieron casi 20 años un estatus legal: su empleo, sus familias, sus casas, mientras los otros están luchando por ese sueño, ellos ya pensaban que lo habían logrado”. PABLO ALVARADO, DIRECTOR DE LA RED NACIONAL DE JORNALEROS.