POLICÍA RECIBIÓ UN MENSAJE DE TEXTO ANTES DE DISPARAR A CARLA AYALA
Dos policías procesados relataron lo ocurrido en diciembre pasado, cuando dejaron escapar a Josué Castillo, el GRP que disparó a la agente Carla Ayala. Los agentes dijeron que Castillo se enfadó al recibir un mensaje, y luego le disparó a la agente Ayala.
Nadie supo explicar ayer por qué el agente Juan Josué Castillo Arévalo no fue capturado cuando regresó la madrugada del 29 de diciembre pasado a la residencial San Fernando, en Antiguo Cuscatlán, donde funcionaba el extinto Grupo de Reacción Policial (GRP), y de donde minutos antes había salido con la misión de llevar a su casa a Carla Ayala, la policía aún desaparecida. Esa residencial, además de contar con vigilancia privada, era custodiada por agentes armados que formaban parte del grupo élite de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes pese a haber recibido adiestramiento especial para ubicar a cualquier criminal, dejaron escapar a Castillo.
Las dudas sobre el caso no se disiparon aun cuando el juez Roberto Arévalo Ortuño, del Juzgado Sexto de Instrucción de San Salvador, reconstruyó, ayer por la madrugada y el jueves por la noche, la primera parte de lo que ocurrió el día de la desaparición de la agente Ayala, a quien Castillo le disparó.
Arévalo Ortuño solicitó que los agentes policiales Ovidio Antonio Pacheco y Wilfredo Deras, quienes son procesados en el caso, relataran lo que sucedió la noche del 28 de diciembre y la madruga del 29. Ayala no era parte del GRP, estaba designada en Asuntos Internos de la Policía. Llegó a esa fiesta navideña porque la invitó el exjefe del GRP, subcomisionado Julio César Flores Castro, según consta en la acusación fiscal.
Carla bailó con el hombre que, según las autoridades, es el responsable de su desaparición. Mientras bailaban, discutieron, pero nadie sabe por qué, según contó uno de los imputados.
A las 10:45 de la noche, Flores Castro, quien no es procesado en el caso, designó a los agentes Pacheco, Deras y Castillo para llevar a Carla a su vivienda. Salieron de la residencial, que está cerca del estadio Cuscatlán, abordo de un pick up que pertenece a la institución policial. Los dos imputados iban en los asientos delanteros y en los de atrás, la agente Ayala y Castillo. Deras y Pacheco relataron que tomaron la ruta del bulevar Constitución, para luego dirigirse hacia el redondel Integración, según el juez Arévalo.
Cuando se detuvieron en el semáforo de la residencial La Gloria, en Mejicanos, Castillo recibió un mensaje en su celular que, según sus compañeros, lo hizo enojar. El agente le gritó a Ayala, sacó su pistola y le disparó. Después gritó: “Eso quería esta perra”.
Los agentes procesados dijeron que decidieron no detenerse y regresar a la base policial para denunciar a su colega. Sus superiores ya estaban notificados del hecho, según una fuente cercana al caso.
Los tres agentes ingresaron con Ayala el vehículo a la residencial. Se identificaron con el vigilante y después se estacionaron. Castillo y Ayala se quedaron en el vehículo, que estaba encendido, mientras sus compañeros buscaban a su superior para comunicarle sobre la lesión. Pero Castillo escapó por primera vez junto con Carla. Sus compañeros que estaban al tanto lo vieron salir, pero nadie hizo nada para detenerlo.
Los agentes, sin embargo, aseguraron durante la reconstrucción del caso que no saben en qué parte del cuerpo fue lesionada la agente. El juez cuenta información, que no ha sido agregada al expediente judicial, que el disparo fue en la cabeza.
Dentro de dos semanas será la segunda parte de la reconstrucción del caso, donde el tribunal y las partes revisarán lo ocurrido después de que Castillo huyó.
“De un rompecabeza de 1,000 piezas teníamos 100 piezas armadas. Hoy tenemos como 250, pero todavía falta”.
ROBERTO ARÉVALO,
JUEZ DEL CASO
“Él (Castillo) recibió un mensaje en la altura de la Gloria. Fue cuando se genera una discusión con la agente Ayala. Uno de los agentes dice que dijo “esto quería esta perra”.
LUIS SERVELLÓN,
ABOGADO
“Le dije al indicativo Romo que Samurái (Castillo) le disparó a la compañera”.
OVIDIO ANTONIO PACHECO,
ACUSADO