Domingo de Ramos. San Marcos 11. 1-10.
Jesús has muerto en una cruz, esto significa que viviste una vida humana con todo lo que ella trae: alegrías y tristezas, conflictos y enfrentamientos... por causa de tu mensaje. Tu muerte no fue un accidente, un hecho desconectado de lo que hiciste y predicaste.
No fue el final puro y simple de una historia particular. Tu muerte es una acción, actuando con plena libertad. “Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad.
Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre” (Jn 10,18). La libertad es un absoluto. O se es libre o no, no se puede ser libre a medias. Aquí entra en juego el amor de Dios. En el supremo instante, pones todo en manos de Tu Padre. Habiendo cumplido la obra que se te encomendó, confías en que Tu Padre no permitirá que se pierda. De la aparente derrota, Dios sacará el triunfo más completo de su Causa.
¿Qué significa, hoy en día, anunciar a Cristo crucificado? Significa empeñarse para que haya amor, fraternidad, entrega a Dios y a los hermanos; señalar situaciones y prácticas que deshumanizan; desenmascarar estructuras, valores e ideologías que alimentan el enfrentamiento, la mentira, el odio, el ateísmo. Tenemos que apoyar activamente las iniciativas que hagan posible la justicia y la verdad. Si así vivimos y actuamos seguramente sufriremos persecución.
Jesús transformas el dolor y la condena a muerte, en un acto de libertad y de amor, de entrega de ti mismo. Te pones en manos de tu Padre y perdonas a los que te rechazaban. El perdón y la confianza no permiten que el odio y la desesperación tengan la última palabra. Es el gesto supremo de la grandeza del ser humano.
En la cruz palpita una vida que no puede ser absorbida por la muerte. La vida que es amor, entrega y solidaridad. Con esta muerte se revela el poder y la gloria de Dios. La hora de la pasión es la hora de la glorificación. Hay una unidad entre pasión y resurrección, entre muerte y vida. Ser crucificado por causa de la justicia y por causa de Dios, es vivir.
Mis queridos niños, hoy Domingo de Ramos, comienza la Semana Santa, Jesús entra triunfalmente a Jerusalén, es proclamado Rey y lo consideran profeta. Muchos lo proclamarán solo con los labios, pues el Viernes Santo lo traicionarán y lo dejarán solo. Seamos buenos amigos de Jesús y acompañémosle durante estos días. quien