Dejan libres a tres hombres que tenían uniforme de la PNC
Uno de los tres capturados confirmó que el uniforme policial lo compró en el centro de San Salvador por $25.
Jorge Adonay Martínez, de 45 años, Carlos Ernesto Rivas, de 24, y René Alfonso Valle, de 21, recuperaron su libertad condicional ayer por la mañana, después de enfrentar una audiencia inicial en su contra por utilizar y tener en su poder uniformes policiales, un revólver calibre 38 milímetros, dos pistolas de juguete y por supuestamente pertenecer a la Mara Máquina. Eso fue lo que decidió el juez de paz de Apopa, quien ordenó que el caso avance a la siguiente fase judicial sin necesidad de que los tres hombres vayan a prisión preventiva.
Martínez, al salir del Juzgado de Paz, confirmó que fue capturado, el jueves pasado, con un uniforme policial y explicó que lo compró en el centro de San Salvador, específicamente en el mercado Sagrado Corazón por un valor de $ 25. Además, dijo que no es miembro de la Mara Máquina, aunque las autoridades lo han vinculado con esa pandilla y lo han acusado del delito de agrupaciones ilícitas.
“Ese uniforme yo lo había comprado por locura. Simplemente porque son locuras de uno, para tenerlo”, dijo Martínez, quien aseguró que el uniforme no fue comprado para delinquir, como señalaron los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que lo detuvieron junto con los otros dos jóvenes en la colonia Popotlán de Apopa, mientras estaban en el interior de un vehículo estacionado.
Martínez agregó que cuando los policías encontraron el uniforme policial, lo obligaron a ponérselo para presentarlo ante los medios de comunicación.
“El arma, bueno el arma (revólver 38 milímetros), la tenía por protección. Para defensa personal. Eso es todo”. JORGE ADONAY MARTÍNEZ, ACUSADO DE TENER UNIFORMES PNC
“Los policías me obligaron a ponerme el uniforme. Yo qué iba a hacer, son la autoridad y me lo puse”, dijo Martínez.
El uniforme, según detalló, lo tenía guardado en el vehículo, a un lado de un revólver y dos pistolas de juguete, que tenían apariencia de pistolas 9 milímetros.
“El arma, bueno el arma, la tenía por protección. Para defensa personal. Eso es todo. Yo soy albañil, no ando robando ni nada de eso”, dijo Martínez y luego abrazó a su madre, quien lo había esperado afuera del juzgado.
Luego, vestido con una camiseta, calzoneta y sandalias blancas que había utilizado en las bartolinas donde estuvo recluido, caminó por el centro de Apopa hacia su vivienda.
Jorge de La Paz, abogado de los imputados, dijo que la Policía cometió irregularidades en el arresto de los tres hombres y que por esa razón el juez “dudó” del procedimiento y los dejó en libertad provisional. “La Policía en estos casos siempre generaliza. No hay imputaciones directas o pruebas directas. Aquí ni si quiera se ha logrado identificar a quién pertenecían los supuestos uniformes”, dijo el abogado.
El fiscal del caso no quiso hablar. Salió del juzgado directamente hacia su vehículo, cerró los vidrios de las ventanas, encendió el motor y se marchó, mientras los periodistas insistían con preguntas sobre la audiencia.