AUDAZ TERMINÓ CON EL INVICTO DE ALIANZA
LOS COYOTES DERROTARON A LOS ALBOS CON UN GOL AL MINUTO 90+1 Y DEJARON EL INVICTO ALBO EN 42 JUEGOS.
El invicto de Alianza llegó ayer a su fin. Audaz, el equipo menos pensado, acabó con él, gracias a un gol anotado en el último minuto del tiempo regular. Y así, dejó en 42 la cantidad de partidos que los albos no conocieron la derrota en primera división.
Los coyotes vencieron al campeón nacional con un gol al minuto 90+1, cortesía de Aramis Acevedo, quien pescó adentro del área un centro de Romeo Monteagudo y superó a toda la defensa capitalina para poner el 2-1, cuando el partido ya se encontraba a punto de expirar y dejó a los paquidermos sin chance de reaccionar en busca de un empate épico que no sucedió.
Previo a eso, Elvin Alvarado abrió el marcador al minuto 8 y Juan Carlos Portillo igualó al 12’. El encuentro luego se mantuvo parejo hasta que llegó el tanto de Acevedo.
Alianza no perdía un partido en la primera división desde la final del torneo Clausura 2016, cuando fue derrotado por Santa Tecla 4-0. Desde entonces,
sumó 42 partidos sin perder, que le permitieron convertirse en el primer campeón invicto en la historia del fútbol salvadoreño. Además, superó el récord anterior en el fútbol nacional en cuanto a la racha más larga sin perder un encuentro,
que estaba en poder del FAS de 1979, que logró 33 partidos sin derrota.
El cuadro albo jugó ayer con un par de variantes. Debido a la lesión de Fito Zelaya, y pese a que su técnico, Jorge Rodríguez, había dicho que contaba con él para el compromiso, al final no se decidió a enviarlo y ubicó a David Díaz a la par de Ricardo Guevara en el ataque, tomando en cuenta que el paraguayo Gustavo Guerreño estaba sancionado.
Asimismo, en la línea defensiva, “el Zarco” dio descanso a Henry Romero y ubicó a Iván Mancía junto al uruguayo Darío Ferreira.
El cuadro albo se vio sorprendido en los primeros minutos con el tanto de Alvarado; sin embargo, reaccionó pronto para poner la paridad con un golazo de Juan Carlos Portillo.
Empero, el pésimo estado del terreno de juego del estadio Jiboa logró su cometido y atascó el juego capitalino, que tuvo problemas para el traslado de la pelota y generó pocas ocasiones de peligro sobre el arco rival.
Así, replegado para trabajar el empate, los albos recibieron el mazazo del gol en contra. Y adiós invicto.