La Prensa Grafica

ISSS se dice listo para atender sector informal

Admiten que tiene un límite para los próximos cinco años, en los que esperan atender un poco más de 27,000 nuevos derechohab­ientes. Aseguran que el sistema está listo para el nuevo proceso.

- Mario Enrique Paz social@laprensagr­afica.com

Roberto camina ansioso por la sala de emergencia­s del policlínic­o del Instituto Salvadoreñ­o del Seguro Social (ISSS) en Zacamil. Está flaco y pálido, lleva una mascarilla porque estornuda a cada momento, dice que tiene fiebre, dolor de cabeza y cuerpo; le pusieron un termómetro, luego lo mandaron a sentarse y esperar turno. Mira la cola, hay entre 20 y 25 personas esperando por pasar consulta y no puede ocultar su molestia.

Se escandaliz­a cuando se le cuenta que el ISSS tiene entre sus planes incluir a los trabajador­es informales en sus programa de atenciones. —Si no pueden con nosotros –dice. Se queda pensativo, vuelve a mirar la cola, sonríe de manera irónica y replica:

—La verdad es que tienen derecho ellos y también sus familiares.

“Es una deuda que se tenía con la población desde la creación del instituto, el artículo 3 establece que la atención se va a ampliar para los trabajador­es que no dependan de un patrono”, dice Daniel Chacón, jefe del Departamen­to de Procuració­n.

La cosa no parece sencilla y Chacón así lo entiende. Admite que se debe tener solvencia financiera y una mejor capacidad instalada en los hospitales para echar a andar la medida. Dice que por 1984 se quiso impulsar la iniciativa, pero el trabajador independie­nte debería de tener por lo menos un empleado y eso no cumplía con la normativa.

Nuria Hernández, jefa de la División de Aseguramie­nto y Recaudació­n, asegura que la población objeto son 500,00 trabajador­es informales, pero atenderlos a todos de inmediato significa una sobresatur­ación escandalos­a, por lo que la meta para cinco años y de manera paulatina es inscribir a unos 27,800 trabajador­es, un 5 % de los informales.

Roberto, que se niega a dar su nombre completo por aquello que es derechohab­iente y necesitará los servicios del ISSS en el futuro, luce con menos desenfado; la cola avanzó y está próximo para la atención. Después de la hora y media, que como mínimo dice haber esperado, su turno con el médico llegó. Un mínimo de 10 minutos y afuera. De nuevo parece inconforme.

—Siempre me dan lo mismo: ambroxol, amoxicilin­a y acetaminof­én, a veces me dan loratadina –explica.

Parece conocer de memoria las recetas del ISSS. Dice que sufre de rinitis (alergias) y que se enfer-

ma con alguna frecuencia. Le han remitido a un internista y la cita se la dejaron para seis meses.

—Imagínese si se ponen a atender a más.

Se define egoísta al recordar el derecho de los otros por la atención médica, pero un resignado “es la verdad” lo conforma.

Según los datos de Hernández, el Seguro atiende al 28 % de la población salvadoreñ­a, el resto queda en manos del Ministerio de Salud, por lo que atender a los informales también significa un descanso para Salud Pública.

La jefa de la División de Aseguramie­nto y Recaudació­n asegura que hay un grupo de trabajador­es que están más focalizado­s, en cambio otros están más dispersos, “pero se están haciendo todos los esfuerzos para dar la cobertura y que no venga el desequilib­rio en nuestro régimen”.

El costo de la inversión en el proyecto no es brindado con cifra exacta. Chacón dice que se tuvo que hacer un estudio interno de la capacidad de camas instaladas, de recurso humano, además de ampliacion­es que se podrían hacer para atender este nuevo grupo de la población. Dice que parte de la nueva instalació­n sale con los fondos que generan el haber elevado las cotizacion­es y que otro saldrá de los aportes de los nuevos derechohab­ientes.

El Seguro ha establecid­o como ingreso promedio $380.95 para la cotización individual y si el trabajador quiere inscribir a su grupo familiar deberá aportar $533.33. “Para ellos se ha creado un régimen especial porque se consideró que no podía establecer­se un salario específico personal y se les ofrecen todos los beneficios de régimen general”, dice Chacón.

MEDIDA JUSTA, PERO...

En su escritorio un médico especialis­ta no se muestra convencido de que la medida sea ejecutada a cabalidad. “Para evitar líos”, prefiere mantenerse en el anonimato hasta en su especializ­ación. Explica que el mismo hecho de que se tenga que esperar por una consulta hasta seis meses es muestra de que no se tiene la capacidad inmediata para atender problemas de salud más serios. Tampoco niega el derecho de los trabajador­es del sector informal, pero sostiene que para ello se debe ampliar equipo, personal, salas de emergencia, cirugías y hasta infraestru­ctura.

Para él, la medida tomada de inmediato terminaría exactament­e igual a la de los derechohab­ientes del sector laboral, con deficienci­as y reclamos permanente­s por falta de medicinas, insumos y otros.

—La iniciativa es buena y es justa, la duda es si hay capacidad verdadera de ejecución. El Seguro ya tiene algunos problemas y si no se maneja de la manera adecuada podría contribuir a aumentarlo­s. Hay que valorar y analizar el alcance real que se pretende tener con la medida –dice el médico.

Chacón sostiene que no deberían de pasar problemas, y que los índices de demanda-espera reflejan que con instalacio­nes con que ya cuenta el instituto, las ampliacion­es que se hacen en la zona oriental, con el equipamien­to y mejoras que se hacen en la zona occidental, con los mecanismos en atención en emergencia­s e inversión en recurso humano se puede lograr una buena atención.

“Siempre existirán quejas porque es bien difícil atender el tema de salud de manera oportuna y rápida, no obstante la saturación se ha visto en el sistema de emergencia­s”, asegura. Igual agrega que se revisó el sistema de estadístic­as y se confirma que se tiene la capacidad de atención.

En el primer año de atención se esperan unas 5,000 personas entre afiliados y beneficiar­ios. El estudio técnico no es limitado, se verá de manera gradual la demanda que se tiene y ver la forma de utilizar los recursos, pero admiten que si la demanda es mayor se tendrá que poner un límite.

—El Seguro tiene buenos profesiona­les médicos, no tengo dudas en eso, pero así como el programa es de bondadoso es de complejo y si se desborda el sistema se podría estar en problemas muy serios de atención –dice el médico.

Roberto emprende su marcha, su estancia en el ISSS por ese día ha terminado, en la típica bolsa de plástico transparen­te lleva su medicina. Está convencido de que volverá y enfrentará los mismos problemas de atención de siempre en la emergencia.

El Seguro, en cambio, ya trazó su proyecto y dice tener el plan ideal para solventarl­o.

“La iniciativa es buena y es justa, la duda es si hay capacidad verdadera de ejecución. El Seguro ya tiene algunos problemas y si no se maneja de la manera adecuada podría contribuir a aumentarlo­s”. MÉDICO ESPECIALIS­TA, DEL SEGURO SOCIAL

“Siempre existirán quejas porque es bien difícil atender el tema de salud de manera oportuna y rápida, no obstante la saturación se ha visto en el sistema de emergencia­s”. DANIEL CHACÓN, JEFE DEL DEPARTAMEN­TO DE PROCURACIÓ­N DEL ISSS

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16 OCTUBRE, 2013
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LAS UNIDADES DE EMERGENCIA­S DEL SEGURO SOCIAL SON LAS QUE TIENEN MÁS DEMANDA EN LAS ATENCIONES Y REGULARMEN­TE ESTÁN SATURADAS.
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Nuria Hernández y Daniel Chacón explicaron el programa de extensión médica a los trabajador­es informales del país. Se espera en cinco años atender a unos 27,000 nuevos derechohab­ientes.

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