La Prensa Grafica

Migración plantea un dilema moral a la Unión Europea

El representa­nte de la Fundación Friedrich Ebert Stiftung es claro en describir la situación: quieren culpar a los migrantes de un problema que es estructura­l.

- Lourdes Quintanill­a, Efe mundo@laprensagr­afica.com

“Sea cual sea la razón de la migración –el clima, la guerra, motivo económico– la integració­n en el lugar de destino siempre es a través del trabajo”.

SAMI ADOUANI,

COORDINADO­R PROYECTO DE MIGRACIÓN FES (PARA ÁFRICA)

El barco Aquarius, único fletado por las ONG que queda en el Mediterrán­eo central, mantiene su entrenamie­nto y vigilancia frente a la costa de Libia (el norte de África) pese al aparente descenso de la inmigració­n y del número de rescates. Este descenso es un hecho que comprueban las estadístic­as, pero esconde una trampa: un espinoso debate ético y moral en Europa en torno al destino de los migrantes –cuyo número no baja–, de los valores europeos y la defensa de los derechos humanos.

“Hemos visto un aumento en la presión de estos grupos, en especial la ultraderec­ha y los xenófobos, que culpabiliz­an a los migrantes de los fracasos de políticas sociales que son (obra de) los mismos políticos”, expresó Sami Adouani, que dirige el proyecto de migración en la zona del norte de África, la zona oriental y la subsaharia­na por parte de la Fundación alemana Friedrich Ebert Stiftung (FES). La región es la principal emisora de migrantes a Europa.

“Parece que se ha intensific­ado con Trump, pero ya venía sucediendo", agregó Adouani, en referencia al presidente estadounid­ense, Donald Trump.

Según cifras de la Organizaci­ón Internacio­nal de la Migracione­s (OIM), entre enero y marzo de 2017 llegaron a Italia desde las costas de Libia 20,685 migrantes, la mayoría procedente­s de Nigeria, Eritrea y Guinea Conakry (África central).

En el mismo periodo de este año, el número de los que han logrado cruzar la misma franja de mar cayó a 6,161, con un perfil similar.

Las muertes también se han reducido: 589 decesos en 2017 frente a los 358 oficiales que la OIM registra en lo que va del año.

En una proporción mayor han caído los rescates: en 2017, el barco Aquarius, fletado por las ONG Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterran­ee, salvó de las aguas a 15,000 personas; en estos tres primeros meses el número es de 1,144.

“El descenso en el número de llegadas no significa directamen­te que la inmigració­n haya caído. Las personas siguen viajando a Libia y aventuránd­ose en el mar”, explica a Efe Catalina Arenas, responsabl­e de Asuntos Humanitari­os de MSF en el Aquarius.

“Las estadístic­as oficiales muestran un incremento de la actividad de la Guardia Costera libia, del número de intercepta­ciones en la costa y la cifra de inmigrante­s que han sido devueltos a Libia”, explica.

En este punto es donde ONG como SOS Mediterran­ee, MSF u Open Arms ponen el acento sobre el dilema moral que supone para Europa una estrategia de seguridad que parece chocar con la defensa de sus valores éticos al dejar el problema de la inmigració­n en manos de un Estado fallido donde se violan los derechos humanos.

“En muchos casos no se sabe si quienes patrullan son los guardias costeros dependient­es de Trípoli, milicias locales o los propios contraband­istas que tratan de recuperar a los inmigrante­s y volver a comerciar con ellos”, agregan.

SOLIDARIDA­D ENTRE TRABAJADOR­ES

La ruta del Mediterrán­eo sigue siendo una de las más mortíferas. Y aun así, quedarse en el país de origen no es opción. Por eso, la FES insiste en que los sindicatos hagan un esfuerzo por esta población vulnerable.

El experto de la FES, desde 2014, está encargado de dirigir la organizaci­ón de una red sindical que ayude a los migrantes que cruzan el mar Mediterrán­eo para

“La inmigració­n continúa. Tiene una raíz profunda y en Europa debemos reflexiona­r sobre si esta es la mejor forma que tenemos de afrontarla”. MIEMBROS DE LA ONG, EQUIPO DE SOS MEDITERRAN­EE

llegar a Europa.

Por ahora tienen conectadas a 24 organizaci­ones sindicales y su representa­ción se extiende por 10 países. El objetivo es que puedan acompañar al migrante desde que deja su país de origen hasta que alcanza su destino.

“Sea cual sea la razón de la migración –el clima, la guerra, motivo económico– la integració­n en el lugar de destino es a través del trabajo y por eso los sindicatos juegan un papel esencial”, insistió Adouani.

Entre el veto de Trump y el ultimátum que dio el presidente francés, Emmanuel Macron, a los migrantes, los africanos y naturales de Oriente Medio enfrentan una notable desprotecc­ión. Ahora, los votantes de Italia y Alemania tienen entre los dirigentes del Ejecutivo y la legislatur­a a representa­ntes de los sectores más antiinmigr­antes.

Por este motivo, Adouani mencionó que la lucha es también para que la red sindical, aun con todas sus diferencia­s internas, pueda también ser un agente de mayor incidencia política.

“La inmigració­n continúa. Tiene una raíz profunda y en Europa debemos reflexiona­r sobre si esta es la mejor forma que tenemos de afrontarla”, concluyen por su parte los del equipo de SOS Mediterran­ee.

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Solidarios. Un grupo de migrantes sostiene un banner que dice: “Todos los derechos para todas las personas”, en Pamplona, España.
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Sábado 31 de marzo de 2018

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