Cooperativa agrícola no se da por vencida
USAID y otras organizaciones, como FUNDER y FUNSALPRODESE, le están financiando la reconstrucción de casas malla, la compra de plantines de tomate y chile, más la asesoría técnica.
Los productores asociados en la cooperativa del cantón La Guacamayera, de San Alejo, La Unión, han comenzado a recuperar la infraestructura y la producción que perdieron en agosto del año pasado, cuando una serie de tormentas con vientos les destruyeron las dos casas malla y el cultivo de chile. Después de la afectación, el grupo de agricultores comenzó a buscar ayuda para seguir produciendo, y luego de varias gestiones logró que este año la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) otorgara un financiamiento para comenzar a rescatar la infraestructura.
“Ya reestructuramos una casa malla con el apoyo de USAID, que nos otorgó los fondos de $3,645, y FUNDER y FUNSALPRODESE son los que ejecutan el proyecto. Y hay un compromiso de ellos para seguirnos apoyando en la construcción de la otra casa malla”, explicó Abel Hernández, presidente de la cooperativa.
Entre los apoyos que también han recibido los productores está el financiamiento de $1,000 otorgados por la Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y el Desarrollo Económico (FUNSALPRODESE), los cuales han sido destinados para la adquisición de 2,000 plantines de chile y 1,000 de tomates.
Mientras recuperan la segunda casa malla, los productores han sembrado los plantines de ambas verduras en el primer invernadero que ha sido reestructurado, el cual tiene una dimensión de 35 metros por 45 metros. Agregan que de esta primera producción, parte de los fondos también serán destinados para reconstruir la otra estructura, la cual podría tener un costo de $10,000.
IMPACTO SIGNIFICATIVO
La afectación que sufrió esta cooperativa a causa de las fuertes lluvias y los vientos derivó en una pérdida valorada en $28,000, entre la producción y la estructura de la casa malla, incluso dicha situación provocó que de los 27 socios que había se retiraran 10, quienes por la necesidad de llevar ingresos a sus familias debieron buscar otra forma de producir.
“Se retiraron, como no había ingreso ni trabajo, porque cuando tenemos la producción de eso nos ayudamos todos, pero los que se retiraron se fueron a cultivar en la parte baja que le llamamos los humedales, para así obtener ingresos para sus familias”, comentó José Ezequiel Benavides, socio de la cooperativa de productores.
De acuerdo con las estimaciones realizadas, cuando esta cooperativa tenía las dos casas malla, por cada ciclo de producción obtenía un ingreso que rondaba los $13,000, lo que se traducía en una entrada económica de $75 semanales para cada uno de los socios, pero los efectos de la naturaleza los han obligado a iniciar de cero.