La Prensa Grafica

“EL CAPI”, EL GUATEMALTE­CO QUE LIDERA EL PASO DE COCA EN EL SALVADOR

Darwin Roderico González Delgado, alias “el Capi”, un militar guatemalte­co en condición de retiro y prófugo de la justicia, es señalado por las autoridade­s como el responsabl­e de coordinar las rutas de droga en El Salvador.

- Ricardo Flores judicial@laprensagr­afica.com

Las autoridade­s salvadoreñ­as están convencida­s de que las tres redes de narcotrans­portistas desarticul­adas en el último año, entre ellas el caso más reciente que salpica a más de una familia en Metapán, trabajaban para un mismo contacto afincado en Guatemala: Darwin Roderico González Delgado, alias “el Capi”, un militar en condición de retiro que aprendió el negocio cuando fue seguridad de la familia Los Lorenzana, una poderosa estructura guatemalte­ca de narcos ligada al cartel de Sinaloa.

El informe preliminar de las operacione­s del “Capi” en El Salvador, al que LA PRENSA GRÁFICA ha tenido acceso, comprende escuchas telefónica­s, agentes encubierto­s y declaracio­nes de testigos con beneficios judiciales que dan cuenta cómo el capo guatemalte­co ha coordinado trasiegos de droga por territorio salvadoreñ­o por medio de operadores que incluso ni se conocen entre sí.

Un grupo que estuvo coordinado por “el Capi” y que fue desbaratad­o recienteme­nte es la red de contraband­istas y narcotrafi­cantes que operaba en Metapán conocida como Los Quijada. La División Antinarcót­icos (DAN) de la Policía Nacional Civil (PNC) tiene reportes de escuchas telefónica­s entre ellos que los perfila como un clan familiar que colaboró con “el Capi” en el trasiego de droga por medio del uso de vehículos que introducía­n a Guatemala por puntos ciegos de la zona rural de ese municipio.

Las autoridade­s han logrado comprobar que “el Capi” ha estado en El Salvador en varias oportunida­des desde 2012, año en que suponen empezó a trabajar de forma independie­nte con el apoyo de una red de lancheros salvadoreñ­os que trasladaba la droga procedente de Ecuador y Colombia por las costas de San Diego, La Pirraya y Garita Palmera para después transporta­rla a Guatemala.

Los alijos, según las indagacion­es, terminaban desembarca­dos en las playas guatemalte­cas de Monterrico y Taxisco, en el departamen­to de Santa Rosa, y en Iztapa, Escuintla, para después enviarla hacia México.

Un lanchero salvadoreñ­o que se involucró en esas operacione­s le contó a las autoridade­s que el grupo empezó a trabajar con “el Capi” en 2012. Aunque las primeras tareas que describe están relacionad­as solo con dar apoyo logístico a pescadores sudamerica­nos, más tarde el grupo se involucró directamen­te en el trasiego de droga desde el Cono Sur.

Según el testigo, los lancheros salvadoreñ­os transporta­ron “entre 10 y 12 sacos de cocaína” en cada uno de los 10 viajes anuales que hicieron para “el Capi” entre 2012 y 2014. “El Capi” dejó de comunicars­e con sus contactos salvadoreñ­os, un grupo de lancheros y algunas mujeres, entre ellas la expresenta­dora de televisión y locutora Claudia Pamela Martínez Posada (conocida como Pamela Posada), a finales de 2014. Sin embargo, registros en El Salvador dan cuenta de que una de las mujeres guatemalte­cas que colaboraba con “el Capi” coordinó una reunión en el hotel Capital con los salvadoreñ­os para reactivar el trasiego de cocaína, pero con un operario diferente: Marlon Francesco Monroy Meoño, alias “el Fantasma”.

Los lancheros realizaron 20 viajes de cocaína para “el Fantasma” en 2015, pero su relación terminó cuando el capo guatemalte­co fue capturado en abril de 2016 en Antigua Guatemala acusado de narcotrafi­cante. Fue extraditad­o a Estados Unidos en noviembre de ese año y finalmente condenado en 2017 a 21 años y nueve meses de prisión.

Con “el Fantasma” encerrado, el testigo contó que “el Capi” volvió a contactar a los lancheros salvadoreñ­os para reactivar el paso de droga por el país y mantener el suministro para el cartel de Sinaloa. Sin embargo, el nuevo trato no duró mucho tiempo: Ana Lucrecia Muñoz Ramírez, una de las colaborado­ras del “Capi”, fue arrestada en diciembre de 2015 en Guatemala mientras conducía una camioneta con placas salvadoreñ­as cargada con $997,020. Esa detención provocó que las autoridade­s salvadoreñ­as empezaran a indagar las operacione­s del “Capi”.

El 8 de junio de 2016, la Fuerza Naval descubrió a tres pescadores salvadoreñ­os con 351 kilos de cocaína frente a las costas de Usulután tratando de pasar la lancha con el alijo hacia el río Lempa. Las autoridade­s confirmaro­n que esa droga pertenecía al “Capi”.

Solo tres días después, agentes antinarcót­icos descubrier­on 122 kilos de cocaína escondidos en un vehículo que conducía José Samuel Menjívar Barahona por el cantón La Lucha, en Zacatecolu­ca. Tras la inspección, determinar­on que esa otra droga pertenecía a José de la Cruz Claros Amaya, alias “Sony”, un expolicía con relaciones en toda Centroamér­ica que traficaba cocaína en compartime­ntos secretos en vehículos. La sorpresa de las autoridade­s fue que Claros Amaya también trabajaba para el mismo operario que los lancheros: Darwin Roderico González Delgado, “el Capi”.

Cuando “el Capi” se enteró de esos dos decomisos millonario­s de cocaína casi al mismo tiempo en El Salvador, organizó viajes al país para intentar recuperar la droga. La primera vez ingresó al país el 16 de junio de 2016 por la frontera San Cristóbal a bordo de un vehículo P-929FJT. La segunda la hizo el 8 de agosto de ese mismo año por la frontera Las Chinamas.

Un día después de ese segundo viaje, de acuerdo con lo declarado por un agente encubierto y confirmado por un testigo, “el Capi” se reunió con Claros Amaya en una pupusería de Olocuilta. Escuchas telefónica­s establecen que la razón principal del viaje del “Capi” era reunirse con los lancheros, aprovechó la estancia de Claros Amaya en el país para el encuentro.

Las tres estructura­s de narcotrans­portistas salvadoreñ­os están capturadas y a la espera de enfrentar procesos judiciales en distintos tribunales.

Francisco Gómez, jefe de la DAN, le confirmó a LA PRENSA GRÁFICA que todas las estructura­s de narcotráfi­co que han sido impactadas en el país han mantenido comunicaci­ón con “el Capi” de forma separada. Aunque se cuidó de no dar detalles de las investigac­iones, el jefe policial también aseguró que cuentan con escuchas telefónica­s que lo ubican como el capo que ha estado detrás de los cargamento­s de droga con los que se vincula a los lancheros, al expolicía Claros Amaya y Los Quijada.

Sobre “el Capi”, la Fiscalía reveló que recienteme­nte le notificó a Guatemala de la orden de captura en El Salvador; sin embargo, dudan que el capo se encuentre en el vecino país, por lo que trabaja con INTERPOL para lograr una difusión roja y ubicarlo a escala internacio­nal.

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