LA COPA ES UNA CURITA
BARCELONA BUSCA SU PRIMER TÍTULO: ANTE SEVILLA EN LA FINAL DE LA COPA.
Objeto ambos de la crítica menos ecuánime y en circunstancias que distan de ser las mejores en cuanto a juego y momento anímico, Barcelona y Sevilla chocarán hoy en una final de la Copa del Rey española que marcará la temporada de ambos.
En un clima político más tenso de lo habitual por el proceso independentista en Cataluña y la posterior intervención del Gobierno central, los dos equipos españoles que más rivalizan con el Real Madrid intentarán conquistar el codiciado torneo en la cancha del Atlético de Madrid, el otro rival acérrimo de los blancos.
El flamante Wanda Metropolitano rojiblanco se estrenará como sede de una final copera entre fuertes medidas de seguridad y con todo preparado para que los habituales pitos al himno español incomoden lo menos posible al Rey Felipe VI, que por cuarto año consecutivo presidirá desde el palco la final del torneo que le honra.
Al margen de las cuestiones políticas, que habitualmente distraen la atención antes y después del choque, Barcelona y Sevilla lucharán un por título llamado a marcar sus dispares temporadas.
Casi campeones de la Liga española, los azulgrana necesitan la Copa para redondear el doblete que ahora buscan y compensar así su estrepitoso fracaso en la Champions.
La inesperada y humillante eliminación de los catalanes en los cuartos de final de la máxima competición europea con un 3-0 ante la misma Roma que una semana antes habían superado por 4-1 aún escuece en un equipo que, una campaña más, aspiraba al triplete.
La incapacidad de los dirigidos por Ernesto Valverde para avanzar a las semifinales del torneo que domina el Real Madrid frustró a una parte de la hinchada "culé", que hoy exige el doblete para
aprobar la temporada de los suyos.
En una campaña de récords en la Liga, el propio equipo azulgrana se autoimpone una victoria para reducir a categoría de lamentable anécdota el tropiezo europeo.
Apeado también de la Liga de Campeones en unos cuartos bien desafortunados ante el Bayern de Múnich, el Sevilla también busca con la conquista de la Copa compensar una temporada de lo más irregular.
Al innegable éxito de alcanzar los cuartos europeos por primera vez en su historia y de plantarse en su quinta final de Copa, los hombres de Vincenzo Montella oponen su séptima posición en la Liga, a tres puntos del último puesto que, por ahora, da acceso a la Liga Europa de la próxima temporada.
Capaces de desplegar un fútbol brillante en algunos partidos pero con una evidente sequía goleadora, los andaluces
buscan un triunfo que coloque la tercera Copa en su palmarés, después de acumular siete partidos consecutivos sin ganar entre Champions y Liga española.
El Barcelona invicto de la Liga —no perdió en ninguna de las 33 fechas disputadas—, por su parte, persigue su cuarta Copa consecutiva y también el buen juego que exhibió en algunas fases de la temporada y que apenas encontró tras la última parada para las selecciones.
Muchos ojos estarán pendientes del futuro de Andrés Iniesta, que, salvo sorpresa mayúscula, hoy disputará su última final con los azulgrana antes de emprender su camino al fútbol chino.
Los catalanes confían en su magia y en el genio de Lionel Messi, que marcó al Sevilla 30 goles, más que a ningún otro equipo, para alzar el que sería su trigésimo trofeo copero. Además, con el título igualarían el póker de Copas sólo antes conseguido por Athletic de Bilbao y Real Madrid.
Con Messi en su once, el Rey de Copas español -ningún otro equipo supera las 29 que ya tiene- ganó 14 de las 17 finales que disputó.