El populista o fracasa y lo echan o se adapta”
No conozco a ese detalle el sistema electoral salvadoreño, solo me adentré en los resultados de las últimas elecciones. Tengo plena conciencia que fue un mal resultado para el FMLN y todo sugiere que el año que entra tampoco serán muy buenos los resultados en la elección presidencial. Pero haber sido reelectos una vez, haber ganado dos períodos seguidos... Y, bueno, no haber terminado derrocados como en otros países, linchados como en otros países... ¡Se dice fácil! Yo creo que es un caso de éxito del FMLN en cuanto a su transición de una organización político-militar castrista, marxista-leninista, a un gobierno que tiene que lidiar con las realidades, que son las que existen, que son inamovibles. El mejor ejemplo para mí es el dólar (que no lo quitaron como moneda de curso legal). Sí, Costa margen. Rica se salvó. Y se salvó por un buen Siempre hay riesgos. El sentimiento antipartidos en América Latina es muy fuerte. La gente sí está harta de partidocracias que han monopolizado el poder. En distintos países, más años, menos años, con más o menor éxito. En caso de Brasil, si nos vamos al PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña) y al PT (Partido de los Trabajadores), llevan gobernando desde el 94, ambos, en cuanto a una alternancia entre los dos partidos. Son más de 25 años y la gente se cansa. Y no pasa como en Estados Unidos, donde la gente se pasa de un partido a otro, o en Inglaterra o en Alemania, sino que se cansa de todos los partidos porque tiende a identificar los males con todos. No dice “este es malo, pero este otro es bueno”, sino que “¡no, todos son malos!” Esto es algo que estamos viendo en América Latina, por eso están surgiendo y han surgido movimientos “antipartidocráticos” que, en el fondo y al final del día, quizás terminan perteneciendo al mismo sistema de partidos. Nadie ha encontrado una fórmula diferente. Entonces, ese fue el surgimiento de Chávez, lo que ha sucedido en otros países de América Latina. Es lo que quizás esté sucediendo, espero que no, con (Jair) Bolsonaro en Brasil (candidato populista de extrema derecha) y así sucesivamente. Esto refleja un descontento real con el funcionamiento de la democracia con América Latina, pero que, al final, como decimos en México, “la gente se raja”. Al final, el día de la elección, en las casillas, ante la urna, la gente se va con más cuidado, como sucedió en Costa Rica. ¡Lo han hecho! Ha sucedido, desde Chávez. Apeló a