Políticas públicas y jóvenes
POR JAIME SANDOVAL Coautor de “El país que viene”
La cooperación, la unidad y el trabajo son elementos importantes que deben ponerse de manifiesto para ir, poco a poco, cambiando la realidad en la que vivimos desde los distintos campos de acción. No importa si estamos o no involucrados en algún partido político, porque para ayudar a otros no es requisito ser parte de algún movimiento. No hay excusas para apoyar a los sectores de una forma equitativa.
Uno de los retos principales a los que se enfrenta la juventud es quitar la estigmatización que tiene el sector, porque en la actualidad podemos ver sus nuevas costumbres, gustos y comportamientos. Se debe luchar por darles permanencia a todas las transformaciones conquistadas.
Hoy en día, que un joven porte marcas de pintura en su cuerpo o por su forma de vestir lo vuelve un blanco para ser víctima de acoso en la órbita policial y militar. Considero que los modales de cada joven son la manifestación de sus gustos y preferencias, y no deberían ser la justificación para violentar sus derechos en actos arbitrarios. Este es un problema al que se enfrenta el sector juvenil. El desempleo es otra problemática, porque no se está generando la cantidad de empleos suficientes para la población joven, a pesar de los esfuerzos que está realizando el Gobierno de El Salvador.
Se ha estado avanzando de manera paulatina para que todos los salvadoreños lleguen a tener empleo digno; pero son problemas serios. Son dificultades que hemos tenido desde hace muchos años, aunque considero que el país ha ido superando todos estos obstáculos en los últimos años. La población ha visto cambios significativos en el país.
La violencia que sufre la juventud también ha propiciado un panorama hostil al que todos nos enfrentamos diariamente, ya sea para poder trabajar, estudiar o emprender; y la falta de educación es otro punto débil, debido a los retrasos que sufrió el sistema educativo anteriormente, pues no implementó programas para incentivar a los jóvenes o evitar la deserción escolar.
La inseguridad no es un problema directo y exclusivo del Gobierno; es un problema de nación, de todos los salvadoreños, ya que somos quienes lo tenemos que enfrentar y buscar soluciones, porque sobra quien diga que los problemas socioculturales, de seguridad y económicos son solo del gobierno central o los gobiernos municipales. Si como jóvenes no actuamos inmediatamente para tratar de contribuir a la construcción de un mejor país, no avanzaremos de la forma demandada por la sociedad. Lo que va a propiciar un estancamiento en las mismas problemáticas. Tenemos que actuar nosotros, porque nadie más vendrá a trabajar en nuestro lugar.
Si trabajamos, si participamos, vamos a construir un mejor El Salvador, vamos a construir un país moderno, socialmente preparado, educado, seguro. Es decir, un país que tendrá las condiciones ideales para la subsistencia, el desarrollo y la convivencia que los salvadoreños merecemos. Un país en el que los mismos jóvenes se van a sentir felices de poder ejercer sus diferentes profesiones o satisfacer sus necesidades sin ningún problema.
Los invito a que dejen sus malos hábitos, a que estudien, a que trabajen, para poder avanzar y seguir bajo la misma visión de desarrollo y compromiso por nuestro país. Los invito a que nos unamos, a que nos organicemos. Los jóvenes deben ser protagonistas de su época y ser una promesa para asegurar El Salvador del futuro.