Albergues en Chirilagua carecen de asistencia adecuada
Los afectados resienten poco apoyo desde el gobierno central.
Las personas que permanecen albergadas en el campo de fútbol del caserío La Manguera del cantón Piedra Blanca, Chirilagua, no han recibido la atención necesaria para sobrellevar de manera adecuada la tragedia de ver cómo sus viviendas se destruyeron o dañaron a causa del enjambre sísmico que afectó a tres municipios de San Miguel y La Unión.
Damnificados que están en el refugio más grande de Chirilagua, donde permanecen alrededor de 450 personas, se quejaron de que no les han llevado suficientes colchonetas, ni las tiendas de campañas que el vicepresidente Óscar Ortiz les prometió el lunes por la mañana.
“Anoche llovió muy fuerte y los que estamos aquí en estos canopis se nos mojaron las colchonetas y las personas que se quedaron en sus hamacas les fue peor, porque los plásticos no fueron suficientes para resguardarlos de la lluvia”, contó Maritza Rodríguez, quien compartió un espacio con ocho familias que se resguardaron en un canopi montado en la cancha de basquetbol.
La gente también resiente la falta de servicios sanitarios y de lugares para bañarse y lavar ropa, lo cual han solventado regresando a sus viviendas solo para realizar estas actividades, a pesar de que la tierra sigue temblando y existe el riesgo de que sus casas puedan derrumbarse.
José Nelson Orellana, concejal de la Alcaldía de Chirilagua y encargado del albergue de La Manguera, confirmó que el lunes por la tarde recibieron un cargamento de 120 colchonetas que fueron distribuidas en tres albergues. De estas, 95 quedaron en Piedras Blancas y las otras 25 se distribuyeron en otros lugares. Dijo que se trató de distribuir una colchoneta por familia y que se entregaron plásticos negros a las personas que se quedaron a la intemperie.
“Estos plásticos los donó la directiva que hacemos para las fiestas patronales. De las ganancias que quedan, de ahí optaron ellos por comprar plásticos para que hicieran unas medias campañas las familias”, dijo.
Ayer por la mañana tampoco se les habían brindado atención psicológica, a pesar de que una de las mayores causas de consultas en la unidad móvil de FOSALUD, que se instaló en este lugar, fue la ansiedad provocada por los constantes temblores que persisten en la zona.