Celebrando el 9 de mayo, Día de Europa
Muchos de ustedes saben lo que es la Unión Europea, pero siempre hay que explicarla porque no es un país y tampoco es una organización internacional. Es mucho más, es una entidad política especial creada en circunstancias especiales por un grupo de políticos visionarios que en los años 50 creyeron que era hora de establecer una paz duradera en un continente devastado por las guerras, asolado por ideologías totalitarias, y destruido por nacionalismos agresivos. En los últimos años la Unión Europea se ha convertido en una realidad rica y compleja de 28 países, 500 millones de ciudadanos, 24 lenguas oficiales. Hoy es la primera área comercial y económica del mundo, el primer cooperante al desarrollo, el primer y mayor defensor de los derechos humanos, el más comprometido en abordar con medidas eficaces y obligatorias el cambio climático y el primer convencido de la necesidad de preservar y potenciar un sistema multilateral vertebrado por las Naciones Unidas.
La Unión Europea es un actor global y por eso estamos muy presentes en El Salvador. Somos un socio fiable, dispuesto a acompañar políticas de inclusión y de crecimiento. Cada año este compromiso se traduce en la conclusión de programas importantes. En 2018 por ejemplo, hemos concluido el programa de apoyo al Plan El Salvador Seguro con una cifra muy significativa de fondos que serán destinados al presupuesto de prevención de la violencia en el país. Pronto también vamos a concluir un programa orientado a promover el crecimiento económico y así tratar de reforzar con nuestra contribución a los tres pilares que creemos constituyen, en una visión estratégica compartida, las apuestas para el futuro de El Salvador: las políticas sociales, la seguridad y el crecimiento inclusivo.
En la cuestión de la seguridad, que tanto ocupa y preocupa a la sociedad, El Salvador tiene una larga historia de impunidad frente a abusos y crímenes. Es tiempo de acabar con la impunidad, incluyendo la plaga de los delitos contra las mujeres y los feminicidios. Para ello se requiere de una respuesta integral contra el delito; una respuesta desde el cumplimento de la legalidad y de los derechos humanos. Somos conscientes de las dificultades; sabemos que la inseguridad tiene raíces profundas y que la prevención sustentada en la inclusión social y en el respeto pleno de los derechos humanos y del estado de derecho es la única respuesta duradera frente al crimen y la delincuencia.
El Salvador tiene una encomiable historia de pactos políticos que permitieron poner fin a un conflicto de larga y penosa duración. Hay que recuperar esta historia de acuerdos, esa visión a largo plazo del país, para que las principales fuerzas políticas sean capaces de consensuar respuestas en temas esenciales. Cuestiones como una modernización de la fiscalidad, una política integral de lucha contra la delincuencia, una mejor gobernanza desde y para una institucionalidad democrática, y unas políticas sociales para reducir desigualdades profundas que subsisten. Todo eso requiere del empeño del conjunto de las fuerzas políticas trabajando lealmente para el progreso.
El Salvador, como otros en América Latina, aborda un año electoral. Estamos seguros de que la contienda presidencial de 2019 será ejemplo de continuidad en el empeño democrático de El Salvador. La Unión Europea estuvo presente como observadora en las pasadas elecciones del 4 de marzo, y pronto va a hacer público el informe final de esta observación electoral. Queremos que El Salvador, ese país ilusionado por el futuro, trabajador y abierto, emprenda las reformas que necesita con los liderazgos democráticamente elegidos por los salvadoreños. Son tiempos de grandes cambios en todo el mundo y la Unión Europea desea compartir su experiencia aquí y en toda Centroamérica para enfrentar estos cambios juntos.