Condenan a mujer que daba heces a hijastra
Recibió sentencia de seis años de prisión. Padre biológico de la menor también fue condenado, con tres años, por abandono y desamparo.
El Juzgado Primero de Sentencia de Santa Ana condenó a seis años de prisión a Jery Iveth Romero de Calderón, de 47 años de edad y maestra de profesión, quien fue procesada por maltratar a su hijastra, una menor de edad a la que incluso daba de comer heces de perro con sal.
La ahora condenada fue capturada en marzo del año pasado luego de conocerse el caso de la menor, que además de maltrato físico y psicológico era obligada por su madrastra a comer heces.
Junto a Romero de Calderón también fue capturado su esposo y padre biológico de la niña, Jaime Lizandro Calderón Reyes, de entonces 29 años de edad, quien fue acusado de ser cómplice de Romero y de abandono y desamparo de su hija.
Calderón fue encontrado culpable durante el juicio desarrollado el miércoles anterior por la mañana, siendo condenado a una pena de tres años de prisión, los cuales, por ser de tipo excarcelable, serán sustituidos por trabajos de utilidad pública, indicó una fuente de la Fiscalía General de la República.
El juicio, que se realizó bajo reserva total para resguardar a la víctima, se desarrolló 14 meses después de la captura de la pareja de esposos, quienes han permanecido en prisión desde marzo de 2017, cuando fueron capturados.
EL CASO
De acuerdo a las investigaciones, los grotescos hechos se descubrieron en febrero del año pasado, luego que la menor, que estudiaba en un centro escolar público de Santa Ana, se ausentara de clases por varios días y al regresar se le observaron golpes en su rostro lo que generó sospechas por parte de los docentes de la escuela y de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que brindaban charlas de prevención de violencia en el mismo centro escolar.
Según la información recabada, no era la primera vez que la niña se ausentaba, ya que faltaba a clases seguido y eso fue lo que llamó la atención de las autoridades y dio paso a las investigaciones.
La menor, cuya madre biológica falleció durante el parto, quedó bajo el cuidado de su padre, Calderón Reyes, quien posteriormente conoció a Romero con la cual se casó y formó un nuevo hogar.
Cuando la estudiante fue abordada por los agentes policiales contó los maltratos que sufría de parte de la madrastra, de los cuales también estaba al tanto su padre, pero este no hacía nada por impedir que su esposa cometiera las agresiones. Se desconoce el tiempo que la menor fue víctima y si además de la madrastra otras personas pudieron abusar de ella.
Romero era maestra del Ministerio de Educación que estaba destacada en un Centro de Desarrollo Integral del Instituto Salvadoreño para la Atención Integral de la Niñez y Adolescencia en Santa Ana.
Debido a los maltratos físicos y a la ingesta de heces de animal la menor tuvo que ser ingresada al hospital de Santa Ana ya que presentaba desnutrición y tenía parásitos en su organismo.