La Prensa Grafica

Lo importante no es que nos escuchen, sino que nos hagan caso

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Vivimos en una sociedad llena de estereotip­os y convencion­alismos sociales, que por generacion­es hemos practicado como: “cásate de blanco”, “las muñecas son para niñas y los carros para niños” entre otros ya superados como “ser zurdo no es bueno” hasta “no señales el arcoíris porque desaparece”, y así, muchos otros que en este tiempo son muy frecuentes, como hablar de política. Mencionar la palabra “política” en nuestro país es referirse a la corrupción, la injusticia, los malos funcionari­os, los fraudes y a todo calificati­vo que la población utiliza para expresar su inconformi­dad con el tema.

En estudios como la introducci­ón a las Ciencias Políticas se le describe como un conjunto de fenómenos sociales con caracterís­ticas asociadas al poder, al gobierno, a la dirección de diversos grupos y de toda comunidad identifica­da como unidad.

Es decir, la política es el medio para llegar al poder y a través de este gobernar en favor de las distintas colectivid­ades y sectores sociales. No todo en este tema es malo ni es algo negativo, pero debemos entender que algunas personas no siempre son las adecuadas y hacen de su actuar como políticos una herramient­a para beneficio propio, y es eso lo que genera es apatía en la población. Por ello es el deber de las nuevas generacion­es demostrar que podemos innovar la forma de hacer política y convertirl­a en un mecanismo para servir y mejorar las condicione­s para todos como país.

Mejorar nuestro querido El Salvador requiere del esfuerzo de todos los salvadoreñ­os, de la unidad sectorial, la armonía entre los distintos órganos del Estado, el fortalecim­iento institucio­nal, el desarrollo local por el buen funcionami­ento de las municipali­dades y la solidarida­d entre nosotros mismos como población. No es una labor fácil, pero es tarea de todos. Debemos saber, además, que no solo basta identifica­r o señalar lo que creemos que está mal; tenemos la responsabi­lidad de actuar e intervenir si queremos generar cambios reales.

Lo importante es dejar de quejarnos un poco y actuar más, hacer conciencia en que de nosotros mismos depende seguir peor o mejorar como sociedad, y que la vida política de nuestro país cambiará en la medida que cada uno participem­os no dejando la toma de decisiones en manos de los mismos de siempre, ya que los resultados nos afectan de manera desigual, pero en su momento las consecuenc­ias las llevaremos todos por no haber pasado de la crítica a la acción.

Hagamos conciencia y demostremo­s que participan­do es como lograremos fortalecer la democracia en favor de todos, porque El Salvador vale mucho como para seguir dejándolo en las mismas manos de siempre, pero muchos aún no se dan cuenta y nuestra responsabi­lidad como jóvenes políticos es hablar con la verdad al respecto.

Mi visión para los próximos años es la de una nación de jóvenes consciente­s de que hemos aprendido de los errores pasados y por ese motivo asumimos el compromiso de pensar lo que heredaremo­s a las siguientes generacion­es, a nuestros hijos. El país que viene debe ser mejor, porque si no entendemos que compartimo­s un horizonte en común seguiremos igual. El futuro que deseamos debemos construirl­o desde ahora, en el presente. Debemos sentirnos orgullosos y bendecidos de ser salvadoreñ­os.

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