Llaman a gran rebelión pacífica
Al cumplirse un mes de las protestas que se han saldado con la vida de al menos 60 personas, los estudiantes organizados exigen que Ortega abandone su cargo.
Los estudiantes que protagonizaron las protestas en Nicaragua convocaron ayer a una “gigantesca rebelión pacífica” en el país para presionar por la salida del gobierno de Daniel Ortega, al cumplirse un mes del inicio del conflicto.
“Los Ortega-murillo han dejado claro que no tienen ninguna intención de abandonar la silla presidencial. El pueblo grita ‘basta ya’”, señaló el Movimiento 19 de Abril en un comunicado.
Los estudiantes, que participan en el diálogo con el gobierno junto con el sector privado y la sociedad civil, pidieron ayer restringir la circulación en el país durante 24 horas.
“Convocamos al pueblo de Nicaragua a una gigantesca rebelión pacífica para hacer presión sobre todos los sectores institucionales y económicos, para que de una vez por todas adopten una postura digna en la que velen por el bien de su propio pueblo”, indicó el comunicado.
Los estudiantes pidieron a la población que ayer a partir de las 4 de la tarde se apoderaran “de la calles con barricadas en todos los barrios, las comunidades, las comarcas, los municipios y departamentos del país”.
También instaron al movimiento campesino y a la población del pletamente los tranques (retenes) en las fronteras y principales carreteras, impidiendo el acceso y la circulación en el país, y con énfasis a la ciudad de Managua, durante 24 horas”.
Igualmente, pidieron a la población dejar de comprar combustible en dos gasolineras ligadas a la familia Ortega, así como dejar de pagar impuestos y abonos de deudas financieras a las instituciones del Estado.
“Esta es la primera oleada de rebelión pacífica del pueblo de Nicaragua”, advirtieron los estudiantes.
El comunicado fue emitido un día después de instalado un diálogo nacional, en el cual líderes universitarios instaron a Ortega a dimitir de su cargo y “cesar la represión” de la Policía contra manifestantes civiles. Ortega no accedió a esas demandas.
UN DIÁLOGO BAJO LAS BALAS
Con la mediación de la Conferencia Episcopal, el diálogo nacional se instaló el miércoles en la sede del ahora supervigilado Seminario Nacional, en el suroeste de Managua, con la presencia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Apenas comenzada la reunión, y cuando el