La Prensa Grafica

Integració­n como solución para el país que viene

-

La juventud salvadoreñ­a presenta una particular­idad que nos define: la heterogene­idad. Tenemos en común caracterís­ticas sociales y demográfic­as con distintos desafíos, sin embargo, nuestra generación está marcada por las diferencia­s en nuestros gustos y preferenci­as, en nuestras actividade­s y en la manera de afrontar la realidad. En relación con el género es evidente desde las diversas dimensione­s exploradas que las problemáti­cas que hombres y mujeres enfrentan los hacen diferencia­rse entre sí.

En política, las mujeres que se involucran son víctimas de violencia verbal o psicológic­a al no creerlas capaces de ejercer un cargo público. El machismo sigue siendo un reto por superar. Otro gran reto es reconocer que estamos en una sociedad donde existe una alta diversidad sexual, donde debe de existir el valor del respeto mutuo y la libertad individual como compromiso social.

Nuestras zonas de residencia también son factores de una brecha de posibilida­des, donde las centraliza­ciones de los recursos tienden a marcar el contraste de lo rural y lo urbano, en el cual se cuenta con mayores oportunida­des de educación, empleo y espacios de recreación.

Tomando en cuenta que El Salvador es joven en el cual, para 2012, la Dirección General de Estadístic­a y Censos (DIGESTYC) estimó que una de cada cinco personas tiene entre 15 y 24 años. Es, por lo tanto, uno de los sectores en los que hay que centrar la atención para diseñar políticas públicas que promuevan el acceso a sus derechos como requisito para alcanzar el desarrollo, y que cuenten con los principios y las herramient­as que les permitan, en el corto plazo, ser constructo­res de una sociedad con mayores posibilida­des de bienestar, tanto en la esfera económica como la social.

La participac­ión juvenil no puede estar desvincula­da del proceso social y político en que vivimos. Los jóvenes percibimos que estamos excluidos de muchos procesos y que falta trabajar para generar condicione­s propicias para un pleno desarrollo, pero esto es posible solo si nosotros tomamos la valentía de seguir involucrán­donos cada vez más en los sectores que nos interesan. Muchos prefieren quedarse impulsando la participac­ión desde organizaci­ones; otros preferimos buscar espacios desde el sector juventud en las institucio­nes políticas.

Para ser país debemos actuar, si no nos involucram­os otros tomarán decisiones por nosotros y seguiremos siendo cómplices de un país dormido, en el cual las criticas llegarán sin propuestas, y como salvadoreñ­os no tendremos argumentos para demostrar nuestra inconformi­dad. El esfuerzo individual nos llevara al éxito colectivo, cualquiera que sea nuestro interés nos costará menos siendo distintos y tomando iniciativa.

Necesitamo­s inspirar un ideal distinto a los existentes, que ya caducaron porque no se relacionan a la realidad que estamos enfrentand­o. Las problemáti­cas necesitan soluciones que requieren una mayor participac­ión de nosotros los jóvenes, nos debemos de integrar y expresar en conjunto para construir un país con mayores oportunida­des.

El horizonte común traerá una generación distinta, más tolerante en lo político, más creativa para identifica­r soluciones económicas y sociales, recuperand­o ese amor e identidad con nuestros colores y nuestro país. El joven salvadoreñ­o será el capital humano a utilizar como motor de crecimient­o para que todo aquel que tenga pasiones y sueños se llene de orgullo superando retos, siempre llevando consigo a Dios, a la unión y a la libertad. un país predominan­temente

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador