Juzgado saturado por incautaciones de cocaína en altamar
en $152 millones en embarcaciones que suben desde Suramérica.
Los decomisos ocurren a varias millas náuticas del puerto de Acajutla, Sonsonate, pero los militares deciden transportar la droga por el mar hasta el puerto La Concordia, en San Luis La Herradura, por lo que los procesos deben ser ventilados en San Luis Talpa.
“El personal y equipo son insuficientes por los casos de tráfico ilícito y lavado de dinero. Eso genera una carga laboral superior al personal. Solo contamos con tres personas”, aseguró Sergio Silva, juez instructor en funciones de San Luis Talpa.
Silva señaló que ese tipo de delitos genera “una gran cantidad de actividades probatorias como pericias, audiencias especiales, desembalaje de evidencias, reconocimientos, inspecciones y reconstrucciones”.
“El trabajo en este juzgado sobrepasa la capacidad instalada. Tenemos una carga como si fuéramos un juzgado especializado en narcotráfico y lavado; y no contamos con el personal ni equipo informático idóneo”, reiteró.
El juzgador puso de ejemplo la pequeña sala de audiencias, que en los casos donde los defensores de los acusados son varios se queda insuficiente. Además, dijo que le prometieron la instalación de equipo para realizar audiencias virtuales, pero solo llegaron a colocar las instalaciones eléctricas.
“Ya hicimos tres veces la petición a la Corte Suprema de Justicia y a la unidad técnica, pero no hemos tenido respuesta”, agregó el juez Silva.
“Operamos en una casa que no cumple con las condiciones de una sala judicial. El personal y equipo son insuficientes por los casos de tráfico ilícito y lavado”. SERGIO SILVA, JUEZ INSTRUCTOR EN FUNCIONES DE SAN LUIS TALPA