La juventud y la alternativa del poder político
La política es la ciencia hegemónica para la organización de las sociedades humanas a través de los gobiernos, que generan una respuesta a las necesidades e iniciativas en tiempos reales de una población determinada, con un pensamiento a seguir e ideología definida.
Esta idea nos muestra lo hermoso de la esencia de la política, pero en la realidad, tenemos olvidados algunos de sus elementos y son los “gobernantes y gobernados”, que tienen un determinado papel en las sociedades, pero, ¿cuál es el verdadero rol de estos en la toma de decisiones políticas, económicas, sociales, medioambientales, deportivas, artísticas y culturales?
Su participación radica en ser los verdaderos actores de cambio, los protagonistas para determinar el país que viene, que se quiere y espera tener. No podemos seguir cruzados de brazos, debemos proceder a la activación de una organización participativa y directa, solo así podemos ejercitar y articular el trabajo, en conjunto, de todos los agentes que le apostamos a la utopía de un El Salvador de paz, con productividad y, sobre todo con valor, calidad y sentido humano.
Es tiempo de que las juventudes nos aventuremos a mirar nuevos horizontes en común para garantizar acciones encaminadas con el diálogo efectivo, que nos permita perder el miedo a crear y a proponer la aplicación de políticas públicas, desde el pueblo para el pueblo, es momento que demos un vuelco, incluso, a nuestros cuerpos normativos, que muchos de ellos ya no son acordes con la realidad que vivimos los salvadoreños.
¿Qué es la democracia en nuestro país? Es la ratificación de decisiones tomadas por unos pocos, entonces podemos reconocer que tenemos una democracia a medias o no la que necesita la población salvadoreña, pues a partir de 1992, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz, se estableció una serie de mecanismos que visualmente apuntaban a ser los más asertivos, para concluir un conflicto armado y tomar un frente u horizonte común.
Los jóvenes debemos mantener un rol ciudadano, activo y permanente que nos permita crear o que posibilite mecanismos de garantías sociales para todos.
Somos capaces de lograr lo imposible y el transformar la forma de hacer política no será la excepción, somos la generación de paz y eso nos facilitará el camino para el entendimiento y acuerdos con mesas de diálogo con la sociedad civil, actores políticos partidarios que estén dispuestos a mejorar sus acciones en el tiempo oportuno, con un solo objetivo que toda la población pueda ser revindicada en sus luchas.
Como salvadoreños debemos ser capaces de identificarnos como ciudadanos, de unificarnos y consolidar nuestras ideas respetando el pensamiento e ideología, madurar políticamente para generar una visión de país distinta, que juntos asumamos el reto de las transformaciones de fondo y forma, que como juventudes nos aventuremos a tomar decisiones desafiantes, contundentes y, sobre todo, que enfrentemos las problemáticas de nación desde sus raíces hacia las ramas y no sigamos repitiendo la historia de crear trasformaciones o cambios superficiales.
Es nuestro deber, como ciudadanos, quitarnos, en algún momento del día, nuestra camiseta con “x” color, permitirnos pensar y sentir como ciudadanos. Eso nos hará ser verdaderos agentes de cambio, mirar y apreciar la realidad y, sobre todo, tomar las decisiones correctas en los espacios conquistados, para hacer incidencia política en favor de las mayorías.