A RODAR EL BALON
La cuenta regresiva acabó. El Mundial de fútbol, esa enorme maquinaria de pasión y dinero que cada cuatro años paraliza durante un mes al planeta, sale a la conquista de una Rusia que no puede permitirse el lujo de fallar.
En el estadio Luzhniki, el escenario donde hoy comenzará a rodar la pelota con el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudí, los operarios preparan el espectáculo frente a la estatua de Lenin que custodia el recinto moscovita.
A diferencia de Brasil 2014, todo parece estar prácticamente listo en las 11 sedes y 12 estadios.
El país más grande del planeta albergará entre el 14 de junio y el 15 por primera vez el Mundial de fútbol. Pero la pasión aún no desborda las calles de Moscú y las otras ciudades, más allá de los fans latinoamericanos –más numerosos y visibles que los europeos pese a las distancias– que agitan sus banderas y cantan en los alrededores de la plaza Roja.
El presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Gianni Infantino, confía sin embargo en que todo cambiará a partir de hoy.
“Rusia es una tierra que nunca ha sido conquistada, pero la gran noticia es que sí será conquistada por el fútbol”, dijo el suizo en el congreso de FIFA ayer en el Expocentre de Moscú. “El fútbol conquistará al mundo”.
Será un Mundial con novedades en el campo de juego. El estreno del sistema de videoarbitraje, el VAR, afrontará su prueba de fuego tras diversas experiencias que arrojaron algún éxito y muchas discusiones.
La FIFA estará sin duda bajo la mira, pero sobre todo será la Rusia de Vladimir Putin la que deberá afrontar un examen.
La seguridad y la amenaza de violencia –terrorista o hooligan– es otro de los grandes desafíos, que se prepara para un torneo militarizado. Y también costoso, porque se gastaron casi $12,000 millones.
Con miles de kilómetros de distancia entre algunas sedes y hasta cuatro husos horarios diferentes a lo largo del torneo, el certamen, que se disputará en las ciudades de Moscú, San Petersburgo, Kazán, Sochi, Ekaterimburgo, Kaliningrado, Niznhi Nóvgorod, Samara, Volgogrado, Saransk y Rostov del Don, será también todo un desafío logístico para los rusos.