La rivalidad entre hermanos es inevitable y forma parte del proceso de maduración de los niños. ¿Cómo podemos ayudarles?
Feliz noticia! Mamá va a tener un nuevo bebé. Pero... ¿Es una buena nueva para toda la familia? En mayor o menor medida, los hermanos experimentarán un cambio en su vida que es difícil gestionar. La rivalidad con un nuevo hermano es inevitable, sobre todo si el niño deja de ser hijo único y el centro de atención de sus padres.
Ceder el trono es difícil e inevitable para un pequeño que nunca ha tenido que competir por la atención de sus progenitores, pero también forma parte del proceso de maduración y aprendizaje de todos los príncipes destronados. No obstante, el planteamiento del entorno familiar con respecto a la llegada de un nuevo hijo resulta clave para minimizar el impacto que supone para los hermanos.
¿QUÉ SIENTE UN NIÑO CUANDO LLEGA UN NUEVO HERMANO A CASA?
Los niños experimentan celos, inseguridad e incertidumbre cuando llega un nuevo hermano.
“Asumen que dejan de ser protagonistas y creen que les quieren menos, porque sus padres prefieren al nuevo hijo. Todos los niños sienten en algún momento de su infancia celos hacia el hermano recién llegado. Esto puede ocurrir a cualquier edad cuando se sienten desplazados por un nuevo miembro que llega a la familia, y no solo con el primogénito, también puede ocurrir con el resto de los hermanos”, explica Pilar García, pediatra y experta en Neurodesarrollo de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.
AYUDAR A QUE EL NIÑO SE ADAPTE
El proceso de aceptación e integración de la convivencia con un miembro de la familia en casa comienza desde el embarazo (excepto si el niño es adoptado). Conviene anticipar los cambios que llegarán con el nuevo hermano, como los cuidados que va a necesitar si se trata de un bebé. Otras pautas que pueden ayudar al niño que estrena hermano son:
Evitar decirle que su nuevo hermano (si es un bebé) va a jugar con él, porque se crean expectativas que no se cumplirán en ese momento y generan desilusión en el niño.
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Explicar al niño que un bebé precisa muchos cuidados, tiempo y atención, porque no puede hacer nada por sí solo, pero que eso no cambia el amor que se siente por el resto de los hermanos.
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Involucrar al niño en los cuidados del bebé: cambio de pañales, baño, comida y agradecer su ayuda para que se sienta motivado.
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Evitar los enfados y castigos al niño cuando su comportamiento se deriva de los celos.
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Evitar cambios en su vida que coincidan con la llegada del nuevo hermano, como el comienzo de la guardería, dormir solo en su cuarto o dejar el chupete o el pañal.
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