Domingo 11º TO. San Marcos 4. 26-34

Les saludo en este día domingo de la 11ª semana del TO. Bajo la mirada de Cristo Resucitado. Preparemos nuestro corazón para comenzar nuestra meditación.

Una vez más te diriges a la gente y la evangelizas con parábolas y a tus discípulos se los explicabas en privado. A cada uno nos das una capacidad de entendimiento, no a todos igual, y es algo que tenemos que aceptar, a ellos les das este espacio de privacidad y de tiempo de calidad, por la misión tan especial que iban a realizar.

En esta meditación me podría sentir especial, pues me hablas directo al corazón y como a tus discípulos me enseñas, y me explicas en privado el verdadero sentido de tu anuncio; «la buena noticia» del reino de Dios, buena nueva que me llena de esperanza y confianza, pues me haces ver que sigues trabajando, que no paras hasta que todo

esto sea realidad.

En el grano de trigo que germina por sí solo, vemos la fuerza de tu gracia, de tu presencia que día a día es sembrada en nuestro corazón, todo comenzó en nuestro bautismo. La haces germinar, la veo crecer en la medida que colaboro Contigo y me dejo guiar por el Espíritu Santo que también no deja de trabajar, qué importante es hacerla crecer con nuestro esfuerzo y colaboración diaria.

Tu gracia es la fuerza que produce frutos de vida eterna en mi alma. Esta vida de gracia se desarrolla y madura en nosotros a través del Espíritu Santo, estemos despiertos o dormidos, porque Dios no deja de actuar en ningún momento. Es impresionante ver esa mano divina guiando nuestras vidas día y noche. Y todo comenzó como un grano de mostaza, pequeñita, una mini semilla, y que crece y crece, así comenzó nuestra vida cristiana en una semillita casi invisible, el día en que fuimos bautizados.

Mi propósito en este día es querer formar parte de este Reino, y trabajar conscientemente para que esa semilla que un día Dios puso en mi corazón a través del Bautismo, crezca y se convierta en una vida cristiana auténtica, sincera y esforzada. No acomodarme a tener una fe de 15 años cuando tengo 50 años de vida.

Mis queridos niños. Jesús nos habla en parábolas, y nos dice que las semillas cuando se plantan comienzan pequeñitas, pero que a medida que va pasando el tiempo, van creciendo, así tiene que ser nuestra vida, tienen que ir creciendo nuestra fe, esperanza, y caridad, también la disposición para hacer siempre el bien, todo esto hará de nosotros un árbol muy grande con muchos frutos.

“Estamos alegres por esta cooperativa. Cada día se suman más jóvenes y eso nos llena de satisfacción, porque algo estamos haciendo por la comunidad”. JAZMÍN MÉNDEZ, FUNDADORA DE LA COOPERATIVA NUBES DEL PITAL