PRONOSTICAN REDUCCIÓN DE REMESAS FAMILIARES
Un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo indica que Guatemala, El Salvador y Honduras –el Triángulo Norte– registrarán una disminución del 7 % en las remesas que reciben desde otros países.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió en un reciente estudio que los países que conforman el Triángulo Norte –Guatemala, El Salvador y Honduras– comenzarán a recibir menos remesas debido a un endurecimiento de las políticas laborales y migratorias en Estados Unidos. “Este estudio formula y cuantifica escenarios alternativos sobre el impacto de los cambios de las políticas (principalmente sobre migración y mercados laborales) en los EUA. Los resultados obtenidos son que las remesas disminuirían en torno al 7 % debido al endurecimiento de las políticas laborales y migratorias en los EUA. Se observará una disminución adicional del 6 % debido a la terminación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para ciertos migrantes de El Salvador y Honduras”, se lee en el documento, elaborado por el economista líder del BID, Emmanuel Abuelafia.
Además del impacto en las remesas, esta investigación estima que alrededor del 7 % del total de migrantes que viven en EUA podría decidir regresar a sus países de origen debido al endurecimiento de las políticas migratorias. Esto significaría que lleven consigo
“Habrá una demanda adicional de empleos en países donde el crecimiento ha sido difícil de alcanzar”. ESTUDIO DE EMMANUEL ABUELAFIA, BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO (BID)
“Las remesas son un flujo importante de recursos para tener liquidez monetaria y evitar tener niveles altos de pobreza”. ROMMEL RODRÍGUEZ, ECONOMISTA E INVESTIGADOR DE LA FUNDACIÓN NACIONAL PARA EL DESARROLLO (FUNDE)
algunos ahorros, que representan alrededor del 3 % del Producto Interno Bruto (PIB) de los países del Triángulo Norte.
“Esto generará una demanda adicional de empleos en países donde el crecimiento ha sido difícil de alcanzar, como El Salvador, o el crecimiento económico no fue capaz de generar empleo de alta calidad que garantice ciertos niveles de vida (Guatemala y Honduras)”, agregó Abuelafia en su estudio.
“Junto con el efecto disuasorio, podría implicar que los países necesitarían crecer entre 0.2 % y 1 % más por año para generar los empleos requeridos para absorber las entradas de migrantes que regresan y los ciudadanos, especialmente los jóvenes, que decidirían no migrar”, acotó.
Por su parte, el economista e investigador de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE) Rommel Rodríguez cree que la dinámica de las remesas no responde directamente por temor a la cancelación del Estatus de Protección Temporal (TPS). Señala que en el corto plazo no ve un riesgo considerable para la economía salvadoreña, y si bien las políticas migratorias en Estados Unidos podrían afectar el flujo de remesas, no será de una manera abrupta.
“La economía estadounidense está pasando por
un buen momento. Creo que si los salvadoreños están enviando más dinero por temor a ser deportados, la tasa de crecimiento en las remesas sería mayor”, agregó el investigador de FUNDE.
“Las remesas son un flujo importante de recursos para tener liquidez monetaria y para evitar tener mayores niveles de pobreza en El Salvador. Nuestra macroeconomía depende mucho de las remesas porque actualmente representan el 20 % de nuestro PIB. Una gran parte de las personas que reciben estas remesas viven en las zonas rurales, y utilizan este dinero para el consumo”, comentó Rodríguez.
Según el estudio de BID, el “stock” de migrantes representa el 23 % de la población de El Salvador, el 8 % de la población de Honduras y el 6 % de la población de Guatemala. Cada año, más de 300,000 ciudadanos de estos países comienzan su viaje hacia el norte con diversos grados de éxito. Las remesas representan más del 10 % del PIB de estos países.