Al menos siete pandilleros mataron a familia de PNC
Las autoridades reportaron ayer las primeras capturas vinculadas al asesinato de los padres y una hermana del agente, quien está destacado en San Miguel.
Tras el asesinato de tres familiares de un agente policial ocurrido el pasado miércoles por la tarde en el caserío Quebrada Honda, de Chilanga, Morazán, diferentes unidades especializadas y de investigación de la Policía Nacional Civil (PNC) realizaron varios operativos y rastreos en la zona para tratar de ubicar a los responsables del triple crimen. Ayer por la mañana, la PNC informó que durante el dispositivo policial se habían realizado varias detenciones de sujetos por su presunta vinculación con el hecho, pero declinaron profundizar sobre las identidades de los capturados y su probable participación en la masacre.
“Se sabe que fueron un aproximado de siete sujetos que llegaron a la vivienda, cometieron el hecho y se dieron a la fuga. Todos iban bien equipados hasta con mochilas, como que listos para trasladarse a otros lugares”, manifestó una fuente policial.
De acuerdo con la investigación, el grupo de pandilleros que cometió el tripe crimen portaba armas largas y cortas, rodeó la vivienda donde residían las víctimas y, sin mediar palabra, procedió a ejecutarlas para posteriormente huir por un camino cercano con rumbo hacia un río de la zona.
La policía afirmó que no se tiene conocimiento de que las víctimas o su familiar que es policía hayan recibido amenazas, aunque se sospecha que la masacre fue cometida por miembros de pandillas por el hecho de haber un agente dentro del grupo familiar, aunque tampoco se descartan otras hipótesis, las cuales no fueron reveladas por las autoridades.
Las víctimas de la masacre fueron el padre, la madre y una hermana del agente policial, quienes fueron identificados respectivamente como Fernando Coreas, de 70 años; María Albertina López, de 65; y Marlene López, de 31. En el hecho también resultó lesionado un niño de cuatro años, sobrino del policía.
SEGÚN LA POLICÍA, LOS HECHORES DE LA MASACRE PORTABAN ARMAS LARGAS Y CORTAS, Y LLEVABAN MOCHILAS, POR LO QUE SE PRESUME QUE SE HABÍAN PREPARADO PARA ESCAPAR Y OCULTARSE.