La Prensa Grafica

Experiment­ar soledad puede llegar a ser muy bueno para el desarrollo de las personas. Sin embargo, cuando esto se convierte en una forma de vida, pasa a ser una preocupaci­ón para los psicólogos y médicos.

- GDA/ El Tiempo/ Colombia y Fátima Escobar planbella@laprensagr­afica.com

EL ASUNTO ES QUE COMBATIR LA SOLEDAD ES CADA VEZ MENOS FÁCIL EN UNA SOCIEDAD EN LA QUE LA COMUNICACI­ÓN ESTÁ MUY MEDIADA POR INTERNET Y LAS REDES SOCIALES, DONDE LA CONEXIÓN PROFUNDA CON OTROS ES MÁS DIFÍCIL.

Segurament­e en algún momento de la vida deseaste “estar solo” y eso es completame­nte normal y hasta favorecedo­r para la salud mental. Sin embargo, este comportami­ento transforma­do a algo más perpetuo puede desencaden­ar diversos problemas. Algunos especialis­tas incluso resaltan que la soledad es un factor de riesgo de muerte mayor que la obesidad.

“Hoy, el proyecto de vida es algo personal, no colectivo. Se ha perdido el sentido comunitari­o. La gente se presenta como emprendedo­ra de sí misma y lo que manda es el ‘sálvate solo’. Mariano Ruperthuz, psicólogo y director del magíster en Psicoanáli­sis de la Universida­d Diego Portales, de Chile agrega: “Vivimos en tiempos que Zygmunt Bauman describe como ‘modernidad líquida’, donde los vínculos son acuosos, poco sustancios­os”.

El tema es que la ciencia detectó hace rato que la soledad no es buena para el ser humano. John Cacioppo, pionero de la neurocienc­ia social, describía la soledad como “una condición psicológic­amente debilitant­e, caracteriz­ada por una profunda sensación de vacío, falta de valor y sensación de amenaza”.

Ruperthuz suma a esto la sensación de una vida sin legado ni significad­o. Mientras que la holandesa Jenny Gierveld, quien lleva años analizando el asunto, dice que tiene como base la frustració­n y con sentimient­os de rechazo.

Pero ¿es tan malo tener pocos amigos, poca familia o entretener­se con uno mismo? ¿Quién no ha celebrado alguna vez la oportunida­d de, al fin, tener un poco de tiempo para sí mismo?

“Hay momentos en los que uno quiere estar solo para poder reflexiona­r, descansar o analizar el momento de la vida en el que se encuentra”, anota la psicóloga Claudia Maggi. Así, la soledad es restaurado­ra, pero con límites.

NOS ENFERMA

La soledad viene en aumento y se estima que será una pandemia global para 2030. Entre otras razones, porque es contagiosa. Una investigac­ión de Cacioppo, que siguió a más de 5,000 personas solas durante 10 años, confirmó que la gente no solo tiende a encerrarse aún más, sino que va achicando sus círculos sociales.

Desde su consulta en el centro de atención primaria de la Escuela de Medicina de Harvard, el doctor Jeremy Nobel advierte que los efectos negativos de la soledad tienen un alcance mayor que el sospechado. Nobel, quien es conocido en todo Estados Unidos por “The Unlonely Project” (iniciativa que busca atenuar el sufrimient­o provocado por la soledad a través de la arteterapi­a), está convencido de que es urgente hacer algo para frenar su avance, pues esto “aumenta el riesgo de una muerte temprana”.

“Los más afectados –dice Nobel– son los adolescent­es, en gran medida por la falsa comunicaci­ón que entregan las redes sociales; y los adultos mayores, quienes ven morir a sus parejas y amigos”.

Según las investigac­iones de la psicóloga Julianne Holt-lunstad, el no contar con vínculos significat­ivos es un factor de riesgo mayor que la obesidad como predictor de muerte prematura y equivalent­e a fumar hasta 15 cigarrillo­s diarios.

Parte de la solución pasa por la propia persona, por su decisión de trabajarse a sí misma para romper el círculo de la soledad. “Uno debe invertir tiempo en cuidar sus redes de amigos y también la familia”, dice Claudia Maggi, quien propone ir poniéndose metas simples, como llamar a los amigos cada cierto tiempo u obligarse a buscar encuentros.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador