La Prensa Grafica

“Él hizo que Jocelyn se quedara por lástima”: juez

Juez explicó que, según entrevista­s, Rónald Urbina manipuló a la víctima y la sometió a control y violencia previa antes de asesinarla.

- Ezequiel Barrera judicial@laprensagr­afica.com

La madre de Jocelyn Milena Abarca se levanta de su silla, a un lado de la fiscal que lleva el caso del feminicidi­o agravado de su hija. Toma el micrófono y gira su cabeza hacia la derecha, donde su yerno, Rónald Atilio Urbina, está sentado en el banquillo de los acusados.

—Sí, señor juez, quiero decir algo en esta audiencia inicial. —Adelante. —Pido que se haga justicia. Que ese sujeto pague. ¡Es culpable de la muerte de mi hija! Espero que le caiga todo el peso de la ley. Gracias, señor juez.

—Gracias, puede sentarse. Ahora, en estas audiencias, el imputado siempre puede decir algo al final. Pregunto, ¿Rónald quiere decir algo en este momento? —Sí, su señoría. —Adelante. —Pues, como dice la señora, yo digo que la ley aclare todo y que el proceso continúe. Eso es todo.

Luego de escucharlo­s a ambos y de previament­e haber escuchado la acusación de la Fiscalía General de la República (FGR), el juez Omar Hernández, del Juzgado Décimo Primero de Paz de San Salvador, anuncia su decisión.

“Las evidencias sobrepasan las dudas. Hay una probabilid­ad de certeza positiva (...) por eso el caso pasará al Juzgado Especializ­ado para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres y el imputado será enviado a prisión preventiva para evitar que intente escapar de la justicia al saber que la condena por feminicidi­o agravado oscila entre los 30 y 50 años de prisión”, resolvió .

El juzgador explicó que las grabacione­s de las cámaras de videovigil­ancia y la señal de teléfono, que ubica a Rónald Urbina en el lugar y la hora en que los restos de Jocelyn fueron abandonado­s, no dejan dudas de su participac­ión. Pero también señaló que hay otros elementos que hablan sobre la misoginia (odio en contra de mujeres por sus acciones o simplement­e por ser mujeres) que Rónald ejerció sobre Jocelyn.

“En algunas entrevista­s, familiares dijeron que Jocelyn en los 10 años de relación tuvo que someterse a la voluntad de Rónald. Ella incluso tenía que consultar qué color de cabello podía pintarse o qué tipo de corte de cabello podía utilizar. Hasta en eso él tenía control”, dijo el juez.

El funcionari­o detalló que Rónald también tenía control del horario de Jocelyn en la universida­d, donde estudiaba Licenciatu­ra en Psicología, y en su trabajo. Cuando ella realizaba alguna actividad fuera de ese horario, Rónald se enojaba. Asimismo controlaba su celular. De hecho le había prohibido tener redes sociales, excepto Whatsapp. Aunque, según lo que leyó el juez en las entrevista­s, Rónald revisaba las conversaci­ones.

“Esas son conductas típicas que llevan hasta el feminicidi­o, donde hay violencia previa. A eso hay que agregarle que Rónald, según las entrevista­s, también ejercía un control intelectua­l y emocional”, dijo el juez.

De acuerdo con las entrevista­s, Jocelyn fue honesta con Rónald. Le dijo que la relación no tenía futuro y que quería terminarla. Además fue transparen­te al decirle que ella iba a iniciar otra relación y que por eso tenían que terminar.

“Rónald no aceptó eso y, según las entrevista­s, hizo que Jocelyn sintiera lástima por él. Ella le decía a su mamá: ‘Pobre Rónald; vieras, mamá, cómo se pone de triste al decirle que me voy’. Rónald hizo que Jocelyn se quedara por lástima. Pero cuando ella finalmente decidió irse, él no lo soportó. Si no era de él, no iba a ser de nadie más”, dijo el juez.

Hernández también expresó que en las entrevista­s quedaba claro que Jocelyn era la que había comprado la mayor parte de las cosas que tenían, incluso el apartament­o. “Ella estaba dispuesta, por su lástima, a dejarle el apartament­o a Rónald”.

Al finalizar la audiencia, Rónald se levantó del banquillo de los acusados. Pasó sus manos hacia la espalda para que una mujer policía le colocara las esposas. Después levantó la mirada y, con la guía de la policía, caminó frente a las cámaras de televisión rumbo a las bartolinas. La madre de Jocelyn, desde el otro lado de la sala, lo observaba en silencio.

“Pido que se haga justicia. Que ese sujeto pague. ¡Es culpable de la muerte de mi hija! Espero que le caiga todo el peso de la ley”. MADRE DE JOCELYN, EN AUDIENCIA INICIAL

“Incluso tenía que consultar qué color de cabello o qué tipo de corte de cabello podía utilizar. Hasta en eso tenía control”. OMAR HERNÁNDEZ, JUEZ DÉCIMO PRIMERO DE PAZ DE SAN SALVADOR

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 ??  ?? A PRISIÓN. EL IMPUTADO NO QUISO HABLAR CON LOS MEDIOS, PERO ABANDONÓ EL TRIBUNAL TRANQUILAM­ENTE AL OÍR EL FALLO.
A PRISIÓN. EL IMPUTADO NO QUISO HABLAR CON LOS MEDIOS, PERO ABANDONÓ EL TRIBUNAL TRANQUILAM­ENTE AL OÍR EL FALLO.

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