Oficialismo celebra su fiesta en medio de los muertos
Representantes de El Salvador acudieron a la fiesta del sandinismo, dijo la vicepresidenta Murillo.
La celebración del aniversario 39 de la revolución de Nicaragua se realizó ayer al norte de Managua, con la presencia del mandatario Daniel Ortega y miles de simpatizantes sandinistas, algunos de ellos representando a El Salvador, en medio de una crisis sociopolítica que ha dejado saldo de al menos 351 muertos en tres meses. Contrario a otros años, en esta ocasión Ortega no fue acompañado por ningún otro jefe de Estado en la celebración de la revolución que el 19 de julio de 1979 derrocó al dictador Anastasio Somoza Debayle.
Dos personajes recurrentes en la celebración, como son el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, este año se ausentaron. Tampoco asistió la presidenta de la Asamblea General de Naciones Unidas, la ecuatoriana María Fernanda Espinoza, quien en 2017 dio su apoyo público al gobierno de Ortega.
La primera dama y vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, agradeció “de manera especial” la presencia del nuncio apostólico Stanislaw Waldemar
“Hoy no es un día para celebrar. Hoy haremos silencio en honor de nuestros hermanos. Seguiremos nuestra lucha cívica y pacífica”. ALIANZA CÍVICA OPOSITORA
“Un Estado no puede proclamarse victorioso sobre su propio pueblo, al que ha oprimido y masacrado”. SILVIO JOSÉ BÁEZ, OBISPO AUXILIAR DE MANAGUA
“Pensaba que (los obispos) eran mediadores, pero estaban comprometidos con golpistas, eran parte del plan golpista”. DANIEL ORTEGA, PRESIDENTE DE NICARAGUA
Sommertag, quien el 9 de julio fue agredido físicamente por simpatizantes de Ortega.
A la celebración también asistieron el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, y su homólogo de Venezuela, Jorge Arreaza.
Representantes de Antigua, Alemania, Bolivia, Corea, Cuba, El Salvador, España, Irán, Palestina, Grenada, Guatemala, Japón, México, Panamá, Rusia, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Taiwán y Venezuela estuvieron presentes en el acto, afirmó Murillo.
La celebración sandinista se dio en medio del rechazo de diversos sectores de la población nicaragüense, que acusan al FSLN de haberse convertido en un gobierno similar a la dictadura somocista, tras 11 años consecutivos en el poder con Ortega al frente. La Alianza Cívica dijo que ayer no había ningún motivo para celebrar, y llamó a honrar con “silencio” a los muertos.
El gobierno nicaragüense es señalado por la CIDH y la ONU como responsable de “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos”, entre otros.