La Prensa Grafica

CAMBIOS EN REPARTO DE COMIDA EN PENALES POR DESNUTRICI­ÓN SEVERA DE REOS

Director de Centros Penales confirmó contrato extra para dieta especial. Centros Penales asigna $2.70 diarios para tres tiempos de comida de cada reo, antes asignaba $5.50 por reo.

- Ricardo Flores Ezequiel Barrera judicial@laprensagr­afica.com

Roberto mató a un compañero de su pandilla. Tiene 29 años y llegó a la cárcel de Ciudad Barrios, San Miguel, en 2014, a purgar la condena de 20 años de prisión que un juez le impuso por el crimen. Roberto es integrante de la Mara Salvatruch­a (MS-13).

La última vez que vio a su madre fue en marzo de 2016, solo un par de días antes de que entraran en vigor las medidas extraordin­arias, impulsadas por el Gobierno y aprobadas por la Asamblea, que eliminaron las visitas de familiares a los reos. La madre de Roberto recuerda que en esa ocasión su hijo había perdido peso. Él le contó que los pandillero­s jefes del penal lo habían castigado por haber matado a su compañero de la MS-13 sin el aval de los cabecillas. El castigo, según la madre de Roberto, consistió en que solo le permitían comer una cucharada de frijoles como desayuno y, a veces, una porción de arroz al almuerzo.

Un total de 2,440 casos de desnutrici­ón se registraro­n en las cárceles de El Salvador entre agosto de 2017 y mayo de 2018, según un informe de la Unidad de Acceso a la Informació­n Pública de la Dirección General de Centros Penales (DGCP). Los índices más altos se concentrar­on en los penales de Ciudad Barrios e Izalco (que únicamente albergan pandillero­s).

En Ciudad Barrios, la unidad médica de la DGCP encontró en noviembre de 2017 un total de 575 casos de desnutrici­ón. Según cifras oficiales, en ese mes estaban resguardad­os 2,325 pandillero­s, cuando la capacidad real de esa cárcel es de 800 personas. Los casos de desnutrici­ón en ese año representa­ron 25 % del total de la población recluida en esa prisión.

El defensor de Roberto, a quien la madre del convicto contactó para seguir recibiendo noticias de su hijo, le notificó el año pasado que él era uno de los que había sido diagnostic­ado con desnutrici­ón severa. La mujer pidió el apoyo de la Procuradur­ía para la Defensa de los Derechos Humanos, y su caso, junto con otras denuncias, fue retomado por la institució­n que declaró en enero pasado que había constatado varios cuadros de desnutrici­ón severa en las cárceles del país.

El Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA) también dijo que había comprobado que las autoridade­s eran responsabl­es de una “limitada alimentaci­ón” para los privados de libertad. Una posición diferente a la razón de la baja de peso de Roberto.

El director de Centros Penales, Marco Tulio Lima, aceptó que en 2017 hubo un repunte de casos de desnutrici­ón y, aunque no quiso detallar sobre la causa, reconoció que realizaron cambios en el suministro de alimentos.

“El año pasado tuvimos un cuadro de desnutrici­ón severa, leve y moderada. Por lo que hicimos un plan especial de alimentaci­ón que implicó un plan de dietas multiprote­icas y multicalór­icas y el suministro de suplemento­s alimentici­os y dietas especiales”, explicó a LA PRENSA GRÁFICA.

Lima señaló que el contrato con la empresa encargada de suministra­r los alimentos a los reos este año ronda los $38 millones,

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