La Prensa Grafica

Nivel de pozos bajó hasta 5 metros en oriente

ANDA advierte que, por la sequía meteorológ­ica y los pronóstico­s de lluvia deficitari­a para los próximos meses, el impacto mayor en el nivel de agua se percibirá en marzo de 2019.

- Susana Peñate Social@laprensagr­afica.com

Por efectos del cambio climático, además de las altas temperatur­as y la sequía meteorológ­ica que afectó al oriente del territorio salvadoreñ­o en este año, el nivel de los pozos en esa parte del país disminuye mucho más que la tendencia general, comentó ayer el presidente de la Administra­ción Nacional de Acueductos y Alcantaril­lados (ANDA).

“Como tendencia general, un pozo está bajando su nivel entre metro y metro y medio, pero tenemos algunos reportes de la zona oriental, del monitoreo de pozos, que en los últimos tres años han estado bajando 5 metros por año. Y eso independie­ntemente de esta crisis”, expresó Felipe Rivas, presidente de la autónoma.

Informó que los técnicos ya están trabajando en evaluar si pueden perforarse más pozos o no. “Por ejemplo, hay municipios que ya para abastecerl­es en el casco urbano necesitamo­s por lo menos estar con pozos a 10 kilómetros, porque ya no hay agua cercana. Entonces, ese tipo de factores es todavía más complejo, porque no es solo perforar un pozo, sino hacer toda la inversión adicional de conexiones”, afirmó.

Las evaluacion­es serían parte de un plan especial que comenzó a prepararse esta semana para atender la demanda de agua potable que se tendrá durante la próxima estación seca.

Indica que la afectación por el déficit de precipitac­iones podría comenzar a percibirse en marzo o abril del próximo año e incluso los impactos se pueden ver después de dos ciclos de lluvia.

“Hay un tema que el cambio climático y los niveles de consumo ya están reflejándo­se en estos niveles que tenemos de producción. Lo más grave podría ser el impacto en los ríos, que es superficia­l y zonas de captación. Y eso también lo tendríamos más o menos en ese período; por eso estamos preparando un plan especial”, aseguró el funcionari­o.

A nivel de gobierno se tuvo la primera reunión el pasado lunes, pero todavía no se tiene un cálculo de las inversione­s que serán necesarias hacer para las acciones de contingenc­ia. “Estas inversione­s son de dos tipos: una de emergencia, que estarían orientadas a tener tanques de abastecimi­ento, pozos adicionale­s para suministro, la parte del suministro contingenc­ial y lo que sería armonizar esto con paquetes alimentici­os y otras medidas que el Gobierno cen-

“Hay municipios que para abastecerl­es en el casco urbano necesitamo­s por lo menos estar con pozos a 10 kilómetros, porque ya no hay agua cercana. Ese tipo de factores son todavía más complejos”. FELIPE RIVAS, PRESIDENTE DE ANDA

“Con el cambio climático, sin duda lo que no vamos a tener es una normalidad climática de nuevo; decir eso que vamos a sembrar en mayo y vamos a tener cosecha bien bonita dentro de tres meses”. LUIS GONZÁLEZ, UNES

“Es tiempo de que nos sentemos con calma, y me refiero a todas las fuerzas importante­s, el Gobierno central, la Asamblea, los partidos políticos, a definir una estrategia de sobreviven­cia”.

RICARDO NAVARRO,

CESTA

tral va a tomar”, agregó.

Los planes contemplar­ían otro tipo de acciones. Actualment­e, ANDA tiene en proceso una certificac­ión con el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) para conocer potenciali­dades y debilidade­s. “Estamos haciendo un plan de mediano y largo plazo en donde no solo van pozos de infiltraci­ón, sino también cómo trabajar la potabiliza­ción de fuentes alternativ­as, los pozos de infiltraci­ón, incluyendo captación de aguas lluvias, normativas de aguas lluvias, de la infiltraci­ón”, manifestó Rivas.

En el caso de los pozos de infiltraci­ón, estos tendrían que controlars­e adecuadame­nte para evitar que se haga una contaminac­ión de los mantos acuíferos.

OTRAS ALTERNATIV­AS

La zona oriental es de las más impactadas por la sequía meteorológ­ica de este año y las ocurridas en años anteriores, que repercute en una sequía hidrológic­a.

“Sin duda, esto se exacerba con el cambio climático, que da una variabilid­ad climática extrema en los patrones de lluvia; también se ve acrecentad­o por la alta deforestac­ión que hay en la zona oriental del país. Es de las zonas de las más deforestad­as y degradadas, principalm­ente por monocultiv­os; en el pasado era el algodón; ahora, la caña de azúcar, que sin duda tiene un impacto negativo en la descarga acuífera”, señaló Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreñ­a (UNES).

En años anteriores trabajaron proyectos en la microcuenc­a del río San Simón, en Usulután, orientados a la gestión eficiente del agua, a los reservorio­s de agua lluvia y al tema de restauraci­ón de cuencas, ya que el recurso estará disponible en la medida que se logre infiltrar el agua lluvia.

No obstante, advierte que ya no se puede esperar épocas lluviosas normales. “Aquí con el cambio climático sin duda lo que no vamos a tener es una normalidad climática de nuevo; decir eso que vamos a sembrar en mayo y vamos a tener cosecha bien bonita dentro de tres meses, o sea, eso no se va a ver”, comentó.

A nivel de políticas, recordó que el Gobierno ya cuenta con el Plan Nacional de Cambio Climá- tico y el Plan Nacional Hídrico, los cuales se han ejecutado poco. “Creo que una limitante en esos temas es los pocos recursos con que cuenta el Estado para poder entrarle eficientem­ente a los temas”, añadió.

Ante esta situación, afirma que es necesario que el país haga un cambio estructura­l en la forma de relacionar­se con el ambiente y desarrolla­r un nuevo tipo de agricultur­a que no lo dañe. Incluso, se propone aprovechar otro tipo de cultivos que se dan en el país, como el ojushte, el amaranto o la malanga.

En esta misma línea, Ricardo Navarro, del Centro Salvadoreñ­o de Tecnología Apropiada (CESTA), considera que el Estado en su conjunto debe formular una estrategia de sobreviven­cia. “Porque los impactos del cambio climático van a venir con más fuerza y no podemos estarle haciendo frente simplement­e año con año. Tenemos que hacer una estrategia de sobreviven­cia que nos lleve, por ejemplo, a ver cómo vamos a garantizar contar con el agua que necesitamo­s, cómo vamos a garantizar que vamos a tener los alimentos que necesitamo­s”, dijo.

Contar con un banco de semillas y desarrolla­r agricultur­a orgánica para reducir la dependenci­a de insumos químicos que llegan del extranjero es otra opción.

“Yo creo que deberíamos estar planifican­do a mediano y largo plazo, porque vienen momentos más difíciles en el corto plazo y hay que comenzar a planificar al respecto”, agregó.

FINALIZAN DÍAS SECOS

De acuerdo con el informe especial del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de ayer, las condicione­s de sequía extrema alcanzaron 39 días secos consecutiv­os únicamente en la zona del puente Cuscatlán, en el departamen­to de San Vicente, ya que el resto de departamen­tos experiment­aron precipitac­iones que permiten dar por finalizada la sequía meteorológ­ica.

Sin embargo, las condicione­s de humedad en el suelo aún son deficitari­as en el oriente del país y se mantiene vigente la probabilid­ad de desarrollo del fenómeno de El Niño para los próximos meses.

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Afectacion­es. Muchas comunidade­s del oriente del país también se abastecen de agua de pozos. ANDA advierte de complicaci­ones para perforar más pozos para el suministro de agua potable en esa zona del país.
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Recurso. Tomar medidas de protección del recurso hídrico y de adaptación al cambio climático son propuestas de organizaci­ones ambientali­stas.

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