FECHA DE VENCIMIENTO VS. “CONSÚMASE ANTES DE...”
conservan hasta esa fecha en las condiciones indicadas para el almacenamiento del producto, pero no está dañado.
LA FECHA DE VENCIMIENTO
Por su parte, la fecha de vencimiento indica que, después de ese día, el alimento se verá afectado química y microbiológicamente. En otras palabras, “ese producto puede empezar a tener más bacterias de lo que estaría permitido, y eso podría afectar su salud sin que esté visiblemente podrido (que presente un olor putrefacto, que tenga hongos, etcétera)”, dijo.
Los productos que perecen con mucha rapidez y que no requieren un almacenamiento especial, como las frutas, verduras y panes, suelen no tener fecha de vencimiento porque deben consumirse entre las dos semanas siguientes a la fecha de su compra. En cambio, los que tienen fecha de vencimiento o un “consúmase antes de...” son aquellos que están empacados o enlatados.
Vale la pena destacar que, en el caso de los enlatados, sus fechas de vencimiento pueden variar significativamente si no se siguen al pie de la letra las indicaciones de almacenamiento del enlatado. Por eso, una vez abierta la lata, debe consumir su contenido en los próximos días y, si no, mantenerlo refrigerado.
Lo mismo puede suceder con los lácteos y productos que requieren refrigeración o congelación: si se rompe por más de cuatro horas la cadena de frío, se pueden alterar las características del producto.
En este contexto, para hacer una compra de alimentos que sea saludable y cumpla con los mejores estándares de calidad, tenga en cuenta que si va a realizar compras para que le dure mucho tiempo en la casa, debe tener muy claro cuáles productos son los que necesita para un consumo inmediato y cuáles quiere almacenar para las próximas semanas o meses.