El itinerario de los sobornos de la era kirchnerista
La justicia cuenta con material para penetrar en un extendido esquema de corrupción.
Ocho sencillos cuadernos de hojas cuadriculadas anotados a mano a lo largo de diez años por Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, mano derecha del exministro de Planificación Julio De Vido, han sacado a la luz con un minucioso detalle más propio de un contable que de un chofer, una importante porción de la ruta de los sobornos del kirchnerismo: cuándo, cuánto y dónde se cobraba, quién pagaba y hacia dónde se conducía el dinero en bolsos que a veces recalaban en el domicilio particular del matrimonio Kirchner y en la Quinta de Olivos.
Se trata de una paciente investigación iniciada el año pasado por el periódico local LA NACION a partir de los citados cuadernos, y judicializada en enero pasado, que esta semana se tradujo en importantes detenciones de una docena de exfuncionarios y empresarios, además de allanamientos y secuestros ordenados por el juez federal Claudio Bonadio a pedido del fiscal Carlos Stornelli.
En los hechos y a partir de los cuadernos, ambos investigan una verdadera asociación ilícita que incluiría, entre otros, a Néstor y Cristina Kirchner, a De Vido y a Baratta, quien ostentó el cargo de secretario de Coordinación y Gestión en el Ministerio de Planificación durante los 12 años del kirchnerismo, pero en realidad era la mano derecha de De Vido y el encargado de recoger los sobornos que pagaban los empresarios. Un solo vehículo conducido por su chofer, quien registraba todo en sus cuadernos, habría realizado en total una colecta de 160 millones de dólares, que otros cálculos elevan a 240 millones de esa moneda.
De los datos aportados a la investigación, se desprende que la asociación ilícita atravesaba el ministerio de De Vido, uno de los pivotes de la corrupción del kirchnerismo pues su cartera comprendía, entre otras áreas, las de Obras Públicas (a cargo de José López, famoso por otros bolsos, que llevó a un convento antes de caer preso), Transporte (con Ricardo Jaime) y Energía (con Daniel Cameron). Del ministerio también dependían las concesiones.
Entre los empresarios cuya detención se ordenó se encuentran algunos que se desempeñaron en la obra pública, como Carlos Wagner, de Esuco, expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción, muy favorecido por el kirchnerismo, y Javier Sánchez Caballero, quien se desempeñó en la empresa constructora Iecsa, que perteneció a Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri.