Banco CENTA preserva 5,000 semillas criollas
Sus niveles de nutrientes se verifican cada cinco años y son renovadas, de ser necesario, para usarlas en futura siembra.
La conservación de la semilla criolla es el objetivo fundamental de tener un banco de germoplasma en el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA), en Ciudad Arce, La Libertad. Los bancos de germoplasma son la apuesta de algunos países para enfrentar el cambio climático. “Por el momento tenemos 5,000 semillas dentro de nuestra colección”, afirmó Aura de Borja, coordinadora del banco de germoplasma del CENTA, y detalló que cuentan con 212 variedades de maíz, 230 de frijol, 22 de chilipucas, 22 de sorgo (maicillo), 12 de ajonjolí y más de 130 especies de aromáticas, medicinales y alimenticias que son llamadas “especies vivas”.
Según la experta, la finalidad de los bancos de germoplasma es tener una reserva genética para futuros trabajos de mejoramiento e investigación, pero sobre todo para enfrentar problemas que pueda causar el cambio climático. “La importancia fundamental del banco de semillas es que estos productos se adaptan fácilmente, se hacen más resistentes a plagas y enfermedades, además de las altas y bajas temperaturas”, señaló.
“El cambio climático nos va a obligar a hacer uso de estas especies porque se adaptan muy bien a los cambios bruscos del clima y tienen un gran potencial”, consideró.
De Borja dijo: “A escala nacional, somos el único banco de germoplasma y estamos calificados con la mejor infraestructura, contamos con tres cuartos fríos. Tienen una temperatura controlada; la semilla en el cuarto frío está como dormida y la mayoría de estas, conservadas en bolsas de papel y algunas pocas en botes plásticos”.
Cada cinco años se realizan pruebas de germinación a las semillas que se encuentran en el barco de germoplasma. “Lo que se hace es medir el porcentaje de los nutrientes; si la semilla ha bajado del 70 % de nutrientes, sembramos esa semilla y colocamos en el banco una semilla nueva que esté de nuevo en 100 % de nutrientes”, explicó. “Cuando uno la va a sembrar, se debe sacar desde un día antes del cuarto frío para que se adapte a la temperatura ambiente y al día siguiente se siembra”, detalló De Borja.
“Cuando hablamos de germoplasma, nos referimos a un banco de colección y conservación de semillas criollas, es decir, semillas que no están genéticamente modificadas”, agregó.
El banco del CENTA cuenta con tres cuartos fríos que trabajan todo el año (el costo de energía eléctrica es de $30,000 al año). “Con la temperatura que nosotros tenemos (3 grados), la semilla puede durar 30 años, pero si nosotros pudiéramos bajar a -18 o -20 grados, la semilla duraría unos 100 años, pero por nuestro equipo no podemos bajar la temperatura y solo podemos llegar a 30 años”, especificó.