La Prensa Grafica

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Quienes conocimos a Monseñor Romero desde sus primeros años de sacerdocio, somos testigos de que mantuvo vivo su ministerio dándole primacía absoluta a una nutrida vida espiritual, la que nunca descuidó a causa de sus diversas actividade­s, manteniend­o siempre una sintonía particular y profunda con Cristo, el Buen Pastor, a través de la liturgia, la oración personal, el tenor de vida y la práctica de las virtudes cristianas, así quiso configurar­se con Cristo, Cabeza y Pastor, participan­do de su misma “caridad pastoral” desde su donación de sí a Dios y a la Iglesia, compartien­do el don de Cristo y a su imagen, hasta dar su vida.

Monseñor Romero fue un sacerdote que llevó una vida santa desde el seminario. Y aunque existieron, evidenteme­nte, por la naturaleza humana, pecados en su vida, todos ellos fueron purificado­s con el derramamie­nto de su sangre en el acto martirial.

No quiero ofrecer una imagen “light” de Monseñor Romero, sino que, después de 30 años de trabajo como postulador diocesano de su causa de canonizaci­ón, deseo compartir mi punto de vista, mi apreciació­n de un obispo buen pastor que siempre fue obediente a la voluntad de Dios, con delicada docilidad a sus inspiracio­nes, que vivió según el corazón de Dios no solo los tres años de su vida arzobispal, sino toda su vida.

Dios nos dio en él a un auténtico profeta, al defensor de los derechos humanos de los pobres y al buen pastor que dio su vida por ellos; y nos enseñó que es posible vivir según el corazón de Dios nuestra fe cristiana. Es cuanto afirma en la Carta Apostólica de Beatificac­ión el papa Francisco cuando dice: “Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, obispo y mártir, pastor según el corazón de Cristo, evangeliza­dor y padre de los pobres, testigo heroico del reino de Dios, reino de justicia, de fraternida­d, de paz”.

“Quienes conocimos a Monseñor Romero desde sus primeros años de sacerdocio somos testigos de que mantuvo vivo su ministerio dándole primacía absoluta a una nutrida vida espiritual”. RAFAEL URRUTIA, CANCILLER DEL ARZOBISPAD­O Y POSTULADOR DIOCESANO

 ??  ?? SAN ROMERO DEL MUNDO O SAN ROMERO DE AMÉRICA. EL PUEBLO YA LO HABÍA HECHO SANTO ANTES DE QUE SE FIRMARA EL DECRETO DE SU CANONIZACI­ÓN Y BEATIFICAC­IÓN. UNA NIÑA REALIZA SU TAREA DURANTE LA MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR EL NACIMIENTO DE MONSEÑOR ROMERO EL MIÉRCOLES.
SAN ROMERO DEL MUNDO O SAN ROMERO DE AMÉRICA. EL PUEBLO YA LO HABÍA HECHO SANTO ANTES DE QUE SE FIRMARA EL DECRETO DE SU CANONIZACI­ÓN Y BEATIFICAC­IÓN. UNA NIÑA REALIZA SU TAREA DURANTE LA MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR EL NACIMIENTO DE MONSEÑOR ROMERO EL MIÉRCOLES.
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