Llénate de pensamientos que construyen
ocurrir. Lo cierto es que no tiene ningún dato real que le diga claramente que eso va a ser así, pero como es algo que teme, no puede sacarlo de su conciencia”.
Pensamientos automáticos y nocivos
“Una característica muy dañina de estos pensamientos destructivos es que son automáticos, es decir, se disparan de manera no consciente. Son evaluaciones erróneas e instantáneas que cuesta mucho identificar y más librarse de ellas”, de acuerdo a este autor.
Sin embargo, una vez que hemos identificado y tomado conciencia de que estamos repitiendo automáticamente un pensamiento destructivo, hay una serie de medidas que podemos poner en práctica para erradicarlo de nuestra mente y reemplazarlo por una idea constructiva, según Alcoba.
“Lo primero que hay que hacer es darse cuenta de que los pensamientos que nos bloquean existen en nuestro interior desde hace mucho tiempo. Representan circuitos mentales que han sido recorridos muchas veces, y están fuertemente arraigados”, explica Alcoba en una entrevista con Efe.
Enemigos a los que no hay que menospreciar
“No tenemos que subestimar a nuestros enemigos, sino más bien situarnos mentalmente en la posición de poner todo el esfuerzo y el empeño que podamos para librarnos de ellos”, aconseja. “Una vez lograda esa actitud, lo siguiente es cuestionar esos pensamientos”, prosigue.
El segundo paso para erradicar nuestros pensamientos destructivos consiste, según este autor, en “rebelarnos contra nuestras propias creencias, esas que nos hacen daño, bajo el convencimiento de que no son ciertas”.
“Esta es la parte más difícil, porque, aunque tengamos mucha fuerza de voluntad, cuestionarnos a nosotros mismos siempre es duro”, puntualiza.
Para Alcoba, el tercer paso es quizá lo más sencillo: “Se trata de cambiar el pensamiento que nos daña por otro más adaptado o positivo y, sobre todo, comprobar el cambio emocional que se da en nuestro interior cuando lo hacemos”.