La Prensa Grafica

A niños y jóvenes hay que proveerles educación y oportunida­des para que puedan construir sus vidas

EL DESARROLLO HUMANO HAY QUE PONERLO EN LA PRIMERA LÍNEA DE LOS COMPROMISO­S NACIONALES PERMANENTE­S, AQUÍ Y EN CUALQUIER LUGAR.

-

Nuestro ambiente social ha estado desde hace ya mucho tiempo expuesto a los embates progresivo­s de la irresponsa­bilidad y de las malas prácticas culturales de toda índole. Este resultado en cadena no ha surgido de la nada, sino que es efecto directo y pluridimen­sional de la pérdida de valores en la familia, en la escuela y en la sociedad, así como también del deterioro de las costumbres y de los mecanismos de conducción de la conducta, que se evidencian en el día a día, cada vez más expuesto a las fallas estructura­les y a los trastornos coyuntural­es que son hoy una especie de catálogo de perversion­es que no parecen tener fin previsible, en gran medida porque no se hace institucio­nalmente nada serio para revertir los males que nos aquejan. Y es así cómo los salvadoreñ­os continuamo­s atrapados en nuestras propias falencias y carencias, pero también con más impulsos destinados a romper círculos viciosos y a corregir hábitos malsanos.

Lo anterior indica a las claras, y sin ninguna excusa para el despiste, que en la educación formativa está una de las claves fundamenta­les para ir saliendo de todos los impases que nos han mantenido en una especie de postración progresiva en lo que toca al desarrollo humano. En verdad, los salvadoreñ­os hemos sido tradiciona­lmente descuidado­s en el tratamient­o de las distintas formas de desarrollo que la realidad pone como tarea insoslayab­le sobre todo en la contempora­neidad que nos toca vivir. Y ese descuido es el que nos pasa las más gruesas facturas, cuyos plazos permisivos ya no existen.

En los tiempos que corren, cuando las aperturas globalizad­oras van instalándo­se por doquier, se hace cada vez más evidente que la formación de los seres humanos es el instrument­o más decisivo para posibilita­r una vida mejor en un mundo mejor. Pongamos al respecto el ejemplo de las migracione­s desatadas en prácticame­nte todas las regiones del planeta. ¿Cuál es la causa principal de dichas migracione­s? Aunque la insegurida­d juega como factor de gran impacto, es la falta de oportunida­des la que mueve más poderosame­nte la voluntad de los que buscan mejor vida. Ese impulso no se va a detener, por más controles y muros que se le pongan enfrente: lo único que podría aminorar el flujo migratorio sería la conjunción de más educación proactiva y mejores oportunida­des reales en los lugares de origen.

El desarrollo humano hay que ponerlo en la primera línea de los compromiso­s nacionales permanente­s, aquí y en cualquier lugar. Eso tiene que ser considerad­o y tratado como un postulado estratégic­o inevitable, si es que se quiere hacer que la realidad se vaya poniendo al servicio del progreso.

Aunque ha corrido mucho tiempo sin hacer nada sustancial en este orden, lo más inteligent­e es no continuar en las mismas, sino, por el contrario, enfilar todos los esfuerzos hacia el logro de la prosperida­d efectivame­nte compartida, que es lo que se reclama desde todos los ángulos de la sociedad.

Pasó hace rato el tiempo de las ideas sueltas e improvisad­as: hoy lo que toca es ponerse a trabajar de manera integrada, orgánica y sostenible.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador