Estimada María:
¿Qué hago con este problema? Debido a que mi antiguo jefe se retiró de la empresa, llegó a reemplazarlo el esposo de una persona muy querida por lo cual en la familia lo vemos como amigo. Llevábamos ya un año trabajando perfectamente, pero por desgracia se dio una circunstancia que arruinó las cosas: un día me quedé hasta tarde terminando un asunto urgente y, como supuse que él ya se había ido, abrí la puerta de su oficina sin tocar y me quedé helada al encontrarlo con otra de las ejecutivas de la empresa, también casada, en una situación que jamás esperé. Ya se imaginará usted el impacto de los tres. Al día siguiente no pude llegar a la oficina, pero le conté todo a mi esposo y el trató de tranquilizarme diciéndome que debía entender que esas cosas pasan en el mundo y que yo no tenía que sentirme avergonzada de nada. Pero la relación con mi jefe cambió por completo; hoy solo nos comunicamos por asuntos del trabajo y lo menos posible, lo mismo pasa con la otra ejecutiva, que no es precisamente mi amiga, pero tenemos que reunirnos para hacer ciertas revisiones de documentos. Créame que todo es demasiado incómodo, y un fin de semana de estos que mi hermana y el esposo (quienes no saben nada) invitaron a comer a mi jefe y a la esposa, él se disculpó y solo llegó ella. Mi problema es que todo esto me tiene sin deseos de seguir en la empresa, pero mi trabajo es bueno y me gusta mucho; entonces, ¿me sigo haciendo la loca y dejo que el tiempo lo arregle todo o qué? Mariana