EL CAFÉ, ENTRE BAJOS PRECIOS Y POCO APOYO
En El Salvador hay unas 186,000 hectáreas de cultivo de café. En la actualidad, debido a la crisis, el 70% de los 250,000 empleos que se generaron durante la cosecha 2010-2011 se han perdido.
Este domingo se celebró el Día Nacional de la Caficultura. La fecha encontró al sector en un mal momento: precios bajos, deudas acumuladas y baja productividad de los cafetales se sumaron a los daños que en años anteriores causaron las plagas y el mal clima. Como resultado, la producción ha mermado. Después de lograr niveles de 4 millones de quintales anuales, se llegó a bajar a cerca de 600,000. Para el ciclo 2016-2017, hubo una leve mejora respecto al 2015-2016: se pasó de 784,740 a 845.600 quintales oro uva, y en este periodo se espera llegar al millón,
cifras aún muy lejanas a las que hubo un día.
El café es un cultivo clave para El Salvador. Los cafetales abarcan unas 186,000 hectáreas de cafetos, que son trabajadas por cerca de 19,000 productores. El rubro generó hasta 255,000 empleos durante la cosecha 2010-2011, en zonas donde, de lo contrario, no habría posibilidades de encontrar trabajo. El 70% de esos empleos se han perdido.
El productor salvadoreño Rodrigo Giammattei señala que, a diferencia de otras crisis de bajos precios en las que había perspectivas de que las cotizaciones mejoraran en los años siguientes, actualmente hay un estancamiento en los precios, y no se espera que aumenten.
“Cuando había una crisis de precios, veíamos que en unos dos años se tendría un mejor precio, la expectativa de que su costo se iba a cubrir, existía. Hubo pérdidas en 1999, en 2000, en 2001, pero en 2002 el precio empezó a subir. La expectativa es poder volver a un precio que duplique o triplique el costo de producción, pero ahora tenemos seis años que no se llega a niveles altos de café, no se espera que aumente, esa es la situación crítica”, señaló.
En la crisis de 2000, el café llegó a niveles de $40 el quintal, y los costos de recolectar y procesar eran similares, que es lo mismo que pasa actualmente. El costo de recolectar el café y producirlo es similar el precio de venta. “Ese sinsabor de no ganar nada y no poder pagar al banco u optar a créditos, un caficultor que solo se dedique a esto, no se sale adelante con estos precios”, agregó Giammattei.
¿Cómo dar una esperanza a seguir haciendo esto si el precio no va a subir y los costos fijos tampoco van a bajar? “Eso nos tiene realmente mal, no es algo solo de este país, está igual Guatemala, Honduras, Colombia, la diferencia es que ellos han tomado medidas paliativas para tratar de solventar la crisis”, dijo.
Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (ABECAFE), por su parte, dirigió palabras de ánimo a la cadena productiva del café. “Son ciclos, no será el primero ni el último, hay que ayudarnos todos para navegarlo. Saldremos de este ciclo de precios bajos, hay que tratar de mantener la productividad que hay en las fincas”, aseguró.
La visión para paliar esta crisis debe ser aumentar la productividad y la rentabilidad en el sector, señaló, y es una visión que debe venir desde una institucionalidad fuerte y capaz de generar una política cafetalera orientada a la productividad, “algo que nos está haciendo falta”.
En este punto, Giammattei agrega que se ha hecho un gran esfuerzo y que ya se han identificado las medidas a tomar, pero no se han llevado a la práctica. “Hubo gran expectativa atrás del Pacto del Café, pero nada se ha cumplido. Las promesas de programas están, pero no se han llevado a cabo, además de la baja de precios, teníamos años de no ver un precio abajo de $100, eso desanima a cualquiera, nadie va a querer cortar para pagar
dinero”, lamentó.